EL BOTO: CAPÍTULO 1

 Cualquier parecido de esta historia con la realidad es pura coincidencia...

Os voy avisando de antemano que os vais a encontrar con frases en portugués que fueron escritas por mí, ya que hay personajes de la historia que sólo hablan portugués. Pero bueno, tengo un portugués un poco "oxidado" y creo que os vais a enterar fácilmente de todo. Si no, hacédmelo saber y pongo traducción entre comillas al lado o lo que haga falta. 

Bueno, y no me enrollo más. Comenzamos con el capítulo uno. 

                                                                   

(Río Amazonas, Brasil.


El río está cristalino, más limpio que nunca. Fluye a la velocidad de la luz, y sus aguas brillantes destacan con gran fuerza en el oscuro bosque de las selvas amazónicas.


Bajo la profundidad del río, viven gran cantidad de especies. Todas ellas son especies marinas, como es natural, entre las cuales podemos encontrar los siguientes: El manatí del Amazonas, también conocido como una “vaca marina”, las famosas pirañas, tortugas gigantes, anguilas eléctricas y, de lejos, el animal más conocido y controversial de todas las rías amazónicas del Brasil: El boto color de rosa o bufeo colorado. Este animal es un delfín, un cetáceo de color rosa, que habita en las aguas del Amazonas. Es un delfín bastante distintivo de los normales, ya no solo por su color. Se caracteriza también por ser extremadamente grande, con una boca muy característica y mucho más larga que la de un delfín normal, y que se alimenta de forma letal de un millón de peces.


Varios botos se mueven por el río, a gran velocidad, sin ninguna preocupación o problema. Parecen delfines normales, riéndose y haciendo sus característicos ruidos, sonriendo con gran ahínco, como perros deseosos de coger el primer filete que les cayera enfrente. Sin embargo, este animal es uno de los más temidos en la Amazonia, debido a su fama y las numerosas leyendas que crecen sobre él. Leyendas oscuras y completamente surrealistas a primera escucha.


La más conocida es aquella en la que se cree que el delfín, en noches de luna llena, se transforma en un apuesto hombre que viste sombrero de paja y traje blanco. Este hombre va a seducir a las mujeres más bellas, ya sea en el río o en las fiestas de los pueblos, para luego llevárselas al río a hacer el amor durante la noche y, a la mañana, desaparecer. La mujer quedaría embarazada, embarazada del llamado “hijo del boto”, que será igual que su padre. Pero claro, quien se cree eso. Sólo son tonterías. Leyendas. Falacias. Calumnias.


Anochece. Empieza a salir la luna. ¿Qué clase de luna será?


Es luna llena.


Los delfines van nadando a gran velocidad hasta desaparecer. Todos menos uno. Un boto macho empieza a nadar fuera y dentro del agua al estilo de un delfín. El animal va perdiendo poco a poco su cola. Y es que su cola se está transformando levemente en unas piernas… Unas piernas humanas. Acto seguido el delfín sale del agua en forma de una figura masculina. En ese momento… Esa famosa leyenda no era una falacia.


En cuanto el hombre sale del agua, empieza a huir de los alrededores del río, yendo hacia una playa. Antes de que pueda adentrarse en el pueblo, un montón de aldeanos y pescadores del Brasil empiezan a correr aproximándose a él. Corren despavoridos, con armas y redes, al grito del “É o boto! Vamos mata-lo, gente!”. El hombre los ve correr hacia él, y sólo entonces es cuando éste también empieza a correr a una gran velocidad, de forma muy característica, pegando grandes saltos. Los cazadores están a punto de cazarlo, pero el delfín sigue corriendo a mayor velocidad, a pesar de su particular forma de hacerlo.


Todas las imágenes anteriormente descritas… Son ahora reducidas a imágenes de televisión.


Una televisión en una casa grande en la ciudad italiana de Verona, en pleno confinamiento por el COVID. Un chico de unos 25/26 años aproximadamente está mirando la televisión y al documental en el cual se emitían estas imágenes. Come palomitas mientras mira con gran atención al mismo. Él lleva grandes ojeras y no tiene ningunas ganas siquiera de dormir, a pesar de que son las 2 de la mañana.


Él es Luca Berlusconi. Luca parece bastante interesado en la complejidad y el desarrollo de la leyenda, así como en la exoticidad del delfín. Mientras mira para él, muestra una expresión de miedo, temor, horror, como si ese animal o la leyenda en si le diese escalofríos o hubiese experimentado algo al respecto. Se tapa con la manta mientras la mira, todavía temeroso.


En un momento determinado, su hermano de 20 años, Vicenzo Berlusconi, entra por la puerta. Se queda atónito al ver a su hermano despierto)


VICENZO: ¿Luca?


(Luca apaga enseguida la televisión, mirando con inseguridad a su hermano y dedicándole una sonrisa)


LUCA: H-hola, Vicenzo


VICENZO: (Se acerca al sofá y se sienta a su lado) ¿Qué haces despierto a esta hora, tío? Son las dos de la mañana


LUCA: No podía dormir…


VICENZO: Lo sé, yo tampoco, toda esta situación del confinamiento y el coronavirus me está volviendo loco… (Mira para la televisión) ¿Qué estás viendo? Ya veo que no hay cosas interesantes a estas horas en la RAI más que simples documentales…


(Vicenzo comienza a mirar el documental con su hermano. Al momento, también queda atrapado por la leyenda y la complejidad de ésta y, sin decir nada más, también permanece atento. Empieza a tener los mismos escalofríos que su hermano tenía hace un rato en cuanto ve como el delfín seduce a una mujer y trata de llevársela. Al momento, se queda mirando a Luca)


VICENZO: Que… Que mal rollo de leyenda, ¿no?


LUCA: (Con el mismo temor, mirando para la televisión) No lo sabes tú bien…


VICENZO: Pero bueno, no son más que leyendas, fenómenos fantásticos que vete a saber tú si pueden ser reales.


(Luca se queda mirando a su hermano con el mismo terror con el que miraba el documental. Está claro que sabe algo que Vicenzo no sabe. Esa mirada despierta la incertidumbre de Vicenzo, quien no es capaz de entender nada de lo que pasa)


LUCA: Vicenzo, no tienes idea… Esta leyenda es cierta


(Vicenzo pone aún más cara de terror y se queda mirando fijamente a Luca)


VICENZO: ¿C-cómo lo sabes?


LUCA: (Vuelve a mirar la televisión) Desafortunadamente, yo he sido testigo de ella.


VICENZO: (Suelta una risa tonta) Luca, ¿qué dices? ¿Estás loco? La cuarentena te está friendo el cerebro.


LUCA: No miento, Vicenzo


VICENZO: ¿Pero qué pasó?


LUCA: (Traga saliva) Vale, ¿tú te acuerdas el viaje a Brasil que tuve cuando acabé mi Laurea?


VICENZO: Si, aquel viaje en el que tú y Giulia volvisteis traumatizados y sin querer hablar de él, y luego nos dijisteis que había sido porque habíais estado en una favela, y aún por encima estaba jodidamente sucia, encontrabais bichos por todas partes, comisteis muy mal, y no sé que más.


LUCA: Si, bueno… Mentimos. No queríamos contárselo a nadie por miedo a que nos tomasen por locos… Bueno, yo sí que quería. Pero Giulia no me dejó


VICENZO: Pero a ver, a ver, ¿qué pasó?


LUCA: Vas a ser la primera persona en enterarte de esto. No dejes que salga de aquí, por favor.


VICENZO: Está bien… Cuenta


LUCA: (Suspira, adquiriendo otra vez la cara de temor la cual tenía mientras veía el documental) Pasó hace cuatro años, como bien ya sabes. Era nuestro último año, y según el idioma moderno que hubieras cogido, te ibas a un sitio o a otro.


(Al momento, las palabras de Luca se convierten en un flashback. Un flashback que se transporta a Mayo del año 2016)



                                                                                 ***



(Mayo del 2016. Facultad de Filología de la Universidad de Verona, Italia.

Todos los estudiantes estaban terminando su año de Laurea, y los exámenes finales estaban al caer. Estudiantes entraban y salían de la universidad, la mayor parte de ellos vestidos de ropa de verano y/o primavera. Otros entraban en la universidad con ojeras y estrés debido al spring final de los últimos exámenes, y las incansables noches sin dormir. Los grupos de amigos estaban en la puerta discutiendo sobre la próxima conferencia o el siguiente examen, otros se pasaban apuntes, y otros tomaban algo en la cafetería de la facultad. Los profesores estaban también comentándose todo lo que necesitaban en la cafetería y/o puerta.

En el último piso, esperando por la clase de Portugués, estaba un joven Luca Berlusconi, de tan sólo 22 años. Éste estaba sentado en el banco con una chica morena, de ojos azules y muy delgada. Esa chica era Giulia Colombo, la mejor amiga de la universidad de Luca. Ésta hablaba incansablemente sobre situaciones amorosas y Luca escuchaba detenidamente, como un buen amigo)

GIULIA: ¡Te lo juro, Luca! Me pidió de tener sexo ya la primera noche. Pero, obviamente, yo le dije que no. Mira, él es MUY guapo, de verdad, ¡y encima es de Cerdeña! Pero… (Suspira) A pesar de que él me gusta mucho, quiero ir más despacio, ¿sabes? Sé que me lo quiero tirar, el caso es que no sé cuando

LUCA: (Mirando con inseguridad) Cla… Claro.

GIULIA: (Sonrojándose y mirando al techo) Es que él me gusta mucho, que es lo peor… Me imagino con él abrazada una noche de verano en la playa de Riccione, o frente a las gigantescas montañas de Sicilia, o dando un paseo romántico por Roma… Pero él sólo piensa en sexo. No sé, Luca, ojalá él me pueda apreciar como algo más que un trozo de carne

(Luca miraba a los alrededores, queriendo buscar una vía de escape.

Desde el primer día, Luca estuvo muy enamorado de Giulia. Pero también desde que su amistad empezó, él siempre tuvo que escuchar cada vez que ella se enamoraba de un hombre desconocido, a pesar de que no le gustaba. Él nunca se atrevió a decirle lo que sentía por ella, porque sabía completamente que ella no sentía lo mismo, con lo cual quería evitar salir herido. Pero agonizaba cada vez que ella no se daba cuenta de cómo él se sentía.

Se puso a pensar y a mirar alrededor, odiando la conversación que tenía con su amiga. Giulia supo ver que estaba en otra, así que le chasqueó los dedos para que le hiciese caso)

GIULIA: (Chasqueándole los dedos, para que éste le hiciera caso) ¿Luca? Luca, ¿estás ahí?

LUCA: (Mirando para ella) Mmm, ¡SI! Es decir, sigue… Sigue tu corazón, Giulia…

GIULIA: (Con los ojos brillando) Osea, ¿que debo pedirle salir…?

LUCA: (Mirándola, con incertidumbre, ya que no había prestado apenas atención a lo que ella había dicho) Eh… Si, si, claro…

GIULIA: (Le da un beso en la mejilla) ¡Si! Si por algo eres mi mejor amigo. ¡Me das los mejores consejos!

LUCA: (Sigue mirando para ella, a punto de bajar la cabeza) Ya… Si. Tu… Tu amigo. Sólo eso…

(Al momento, llegaron sus únicos compañeros en Portugués, ya que esta era una optativa de idioma moderno y ellos cuatro habían sido los únicos que la habían cogido. Los otros dos compañeros eran Fabio Romano, uno de los estudiantes más mayores y a su vez un gran amigo de Luca, y por otro lado, Lia Russo, una tímida chica muy amiga de Giulia)

LIA: ¿No ha llegado todavía la profesora?

LUCA: (Mirando a los alrededores) No, que yo sepa

FABIO: Ya puede llegar pronto… A ver si nos dice de una vez a donde vamos a ir de viaje de fin de Laurea

GIULIA: ¡Ya te digo, Fabio! Es que los de francés se van a París, los de alemán a Frankfurt, los de español a Barcelona, ¿pero nosotros? No ha decidido aún el destino y me estoy muriendo de ganas de viajar…

LIA: Será Lisboa u Oporto. A mí cualquiera de los dos destinos me vale

FABIO: Mira, da igual dónde sea, pero que sea en un lugar donde podamos emborracharnos y llegar cieguísimos al hotel después de una noche de fiesta desenfrenada (Sentándose al lado de Luca y cogiéndolo del hombro) Y sobre todo, un lugar donde haya una buena ragazza para mi y otra para mi amigo Luca, si puede ser española, que las portuguesas tienen bigote

LUCA: Fabio, sabes que no me interesa…

FABIO: (Susurrándole) Luca, tío, tienes que olvidarte ya de Giulia, no te conviene…

LUCA: (Susurrándole) No es tan fácil…

(Al momento, subió una señora. Una señora mulata de pelo largo y liso, que vestía un traje exótico y de colores llamativos. Tenía 50 años, pero no aparentaba tal edad, ya que se conservaba muy bien. Ella era la profesora de Portugués, la señora Tereza. Subió a la clase y los miró sonriendo)

TEREZA: Gente, entremos na clase!

(Los alumnos se levantaron al momento. Iban emocionados, mirando para ella, mientras en lo único que pensaban era en su futuro viaje de fin de Laurea. Se sentaron en el pupitre y sonrieron a la profesora, esperando a que ésta les dijera a dónde irían de viaje)

TEREZA: Bom. Bem-vindos à última classe de Portugués de todo o grado, gente. Antes de começar com a classe, gostaria de falar com vocês de algo que levam muito tempo esperando

GIULIA: (Mirando para ella emocionada) A viagem, não é?

TEREZA: Sim, Giulia. A viagem. Falei com muitas agências de viagens italianas para poder acordar uma viagem a Portugal, mais não foi possível. Para junho está tudo ocupado.

(Los compañeros se miraron, atónitos. No se podían creer como se habían quedado sin viaje de esa forma. Pusieron malas caras en cuanto se dieron cuenta de que igual no podrían ir a ninguna parte y que no tenían dinero suficiente para permitirse un viaje a Portugal.

La profesora interpretó la sorpresa e incertidumbre de sus caras y volvió a mirar para ellos, sonriendo)

TEREZA: Por que vocês ponham essas caras? Vai houver viagem

LUCA: Mais não compreendo, professora. Se não vamos ir a Portugal, onde vamos ir?

TEREZA: (Vuelve a sonreír, esta vez con una risita floja acompañando a su sonrisa) Vocês preparem-se, porque nos vamos a minha terra! Vamos ao Brasil!

(Los chicos volvieron a mirarse, pero esta vez sonriendo. Brasil era un ensueño para ellos. La tierra del fútbol, del carnaval, de las frutas tropicales, de los loros… Playas inmensas, el increíble paseo marítimo de Rio, las inmensas selvas, y las borracheras de Caipirinha y Cachaça en un bar de Copacabana mientras un desenfadado DJ toca una canción de Samba. Estaban convencidos de que sería un gran viaje, y más durante el verano, así que asintieron con la cabeza, mirando otra vez a la profesora, sonriendo)

GIULIA: (Con ojos brillantes) Ao Brasil? Então, vamos ao Rio de Janeiro, não é?

FABIO: Ou a jogar futebol nos campos de São Paulo!

LUCA: Salvador de Bahía?

LIA: Ou à Capital de Brasília?

TEREZA: Nada disso, gente! Nos vamos a Borba!

LOS CHICOS: Borba?

TEREZA: Sim, o meu pequeno povo no Amazonas!

LUCA: Mais um momento, Tereza, que se pode fazer lá? Há atividades interessantes?

TEREZA: Sim. Pesca e caça! Iremos à minha casa, onde vocês estarão em pleno contacto com a natureza e não precisaram de telefones para desfrutar da viagem!

GIULIA: Não há cobertura na tua casa, verdade?

TEREZA: Não, nem precisam dela! Vão passar um grande rato durante sete dias no meu povo. Vocês desfrutaram mais que os vossos companheiros! Barcelona, que é isso?

FABIO: Tereza, você não sei se compreende que nos não queremos…

TEREZA: (Les entrega los billetes de avión a cada uno, más un folleto sobre el pueblo) E já não podem dizir que não! Já tenho os bilhetes de avião mais um folheto para que conheçam o meu povo. A minha preciosa Borba! Vocês vão gostar deste viagem, eu estou segura (Se ríe)

(Los cuatro chicos estaban sorprendidos ante lo que acababa de pasar. Iban a ir a un lugar que desconocían al completo y del cual nunca habían oído hablar. Pero no sólo eso. Si no que además era un pueblo sin cobertura, sin ciudad, donde sólo habría bosques y ríos. A simple vista, el viaje parecía muy aburrido.

Tras haber acabado la clase, los cuatro salieron completamente enfadados)

LUCA: (Mirando el folleto) ¡No me lo puedo creer! O sea, nosotros esperando tan emocionados por un pedazo destino de fin de Laurea, ¿y nos dan esto?

GIULIA: Y yo que quería ir a una ciudad grande para ir de compras, salir de fiesta, ir a bares chulos…

FABIO: Pero nada, tenemos que ser los pringados del curso… Se ha debido de creer que vivimos bajo una madriguera y que nos gustan esa clase de cosas para carrozas.

LIA: Chicos, no seáis malos, quizá no está tan mal

FABIO: Lia, ¿enserio?

LIA: Mirad el folleto, a lo mejor veis algo interesante

LUCA: (Parándose a pensar) Hostia tú, pues tiene razón… Voy a echar un vistazo (Abre el folleto en una página aleatoria) LEYENDA DEL BOTO. El boto es un delfín de color rosado que vive en los ríos del Amazonas, ¿y A MÍ QUÉ COÑO ME IMPORTA?

GIULIA: (Saltando de alegría) ¡Ay, delfines! Sigue leyendo, ¡me encantan los delfines!

LUCA: (Mira para Giulia, sonrojado y sonriendo, y vuelve a mirar el folleto) Se dice que, en las noches de luna llena, este animal sale de agua y se transforma en un hombre apuesto, que lleva un sombrero de paja donde oculta su agujero por el cual respira. Va a las fiestas de los pueblos al lado de sus ríos a bailar con las muchachas en ellas, o las sorprende a la orilla del río. Luego, se las lleva al río donde hacen el amor, y a la mañana siguiente, vuelve a su forma original, dejando a la mujer embarazada… ¿Qué cojones…?

LIA: Se… Se me acaba de quedar muy mal cuerpo…

FABIO: (Riéndose y sacándole el folleto a Luca de las manos) ¡Venga, hombre, como si esas cosas pasaran! ¿Acaso os creéis que va a venir un delfín disfrazado de tío y va a atacar mujeres? Me pregunto qué se fumará la gente de por allí para creerse que cosas así pueden pasar…

GIULIA: Ya te digo. ¡A saber que se fuman!

LUCA: La verdad es que si… Pero no quita que te pueda dejar un poco tocado…

(Nadie dijo nada más en ese momento, y justo después, se dirigieron a la puerta de la siguiente clase.

Salimos del flashback y volvemos al presente, ya que Vicenzo tiene que añadir algo)

VICENZO: La verdad me parece lógico que no os lo creyeseis en ese momento. ¿Cómo vas a pensar que un delfín disfrazado de humano iba a seducir mujeres?

LUCA: (Mira para abajo) Éramos unos payasos… No tienes ni idea de lo equivocados que estábamos, Vicenzo… Quién nos iba a decir en ese momento qué es lo que pasaría en cuanto llegásemos allí… 



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