EL BOTO: CAPÍTULO 11

(15 de Junio por la noche. La luna llena volvía a salir.

Mientras los chicos estaban en la mesa del comedor jugando a las cartas, las chicas estaban cantando en el karaoke que tenían dentro de la casa)

GIULIA Y LIA: (Al mismo tiempo) TELL ME WHY

Ain't nothin' but a heartache
TELL ME WHY
Ain't nothin' but a mistake
TELL ME WHY
I never want to hear you say
I WANT IT THAT WAY…

FABIO: (Con las cartas en la mesa) Por favor, que alguien las haga callar…

LUCA: Me da que no se van a callar, tío…

GIULIA: (Pausando el juego) Perdona, pero estamos cantando los grandes temazos de los 90, si os molestamos podéis ir arriba a escuchar a vuestro Drake si os apetece

FABIO: Perdona, ¿cuántos años os creéis que tengo? Al que le gusta Drake es a él, yo sólo escucho música italiana.

LIA: ¿Por qué nos hemos puesto a discutir por gustos musicales ahora?

LUCA: Buena pregunta… (Se levanta) Bro, tienen razón, vamos arriba a jugar. Así no nos estorbarán. Quizá Vera también quiera jugar con nosotros.

FABIO: (Se levanta también) Está bien… Como quieras.

(En cuanto los dos chicos subieron, Lia y Giulia siguieron jugando con el karaoke un tiempo más.

Hasta que, llegado un punto, Lia se sentó en el sofá cansada. Miró a Giulia y decidió preguntarle)

LIA: Tía, estoy cansada. ¿Hacemos otra cosa?

GIULIA: ¿Como qué? (Se sienta en el sofá también) No hay nada que hacer aquí…

LIA: Hace muy buena noche, ¿te hace salir fuera?

GIULIA: (Mira para el cielo, insegura, y ve la luna salir) No sé, tía…

LIA: ¡Venga, vamos! Nos metemos en el río y nos mojamos un poco

GIULIA: No puedo, Lia, no me lo puedo permitir…

LIA: ¿Lo dices por el boto?

GIULIA: Si…

LIA: (Le toca el hombro) ¡Tía, no te preocupes! No me voy a separar ni en un sólo momento de ti. Quizá si estemos dentro él sólo esté fuera. ¿No crees? Si lo vemos, pasaremos de largo antes de que él nos vea.

GIULIA: Eso… Eso espero

LIA: (La coge de la mano) ¡Venga, Giulia, no tengas miedo! ¡Vamos!

(Giulia cogió a Lia de la mano y fueron corriendo a dar un paseo por el río. Un paseo que parecía agradable. No había nadie buscándolas ni mirándolas. Por lo menos, no por el momento.

Lia empezó a buscar flores y Giulia mojaba los pies en la orilla y se lavaba la cara sin acercarse demasiado al río. Estaban todo el rato pendientes la una de la otra, sin quitarse ojo de encima, para evitar que el boto fuera a por una de las dos.

Pero todo se torció en cuanto Giulia echó una mirada furtiva al árbol de al lado y vio una figura que le sonaba familiar. Pudo detectar al cien por cien esa turbia mirada en cuanto se clavó en ella. No tardó en darse cuenta de que, efectivamente, se trataba de él, el boto.

Éste seguía mirándola repetidamente mientras decía: “Vem comigo, Giulia. Vem comigo...”

En ese momento, Lia le había quitado la vista de encima por un minuto. Giulia llamó a su amiga preocupada)

GIULIA: Lia…

LIA: ¿Qué pasa?

GIULIA: Yo subo a casa…

LIA: ¿Ya?

GIULIA: No puedo decirte nada más… (Se levantó y miró para ella) Tú haz lo que veas…

(Giulia se fue corriendo hacia la casa, completamente asustada. Lia no era capaz de entender nada.

Sin embargo, ésta siguió buscando conchas convencida de que su amiga estaría bien. Pero cuando decidió levantar la cabeza, encontró a un chico que le llamó la atención.

Sin ninguna sorpresa al respecto, ese chico era el boto. Pero desafortunadamente, Lia no lo sabía)

BOTO: Hola

(Lia se quedó paralizada por la belleza del chico. Lo miró de arriba a abajo, y tragó saliva, nerviosa. Empezó a temblar y el corazón le empezó a latir a gran velocidad, como si fueran sus últimos latidos. Sonrió poco a poco, sin saber qué decir. No se podía creer que un chico así se hubiera fijado en ella. Pero decidió ser valiente y echarle valor para hablarle)

LIA: Ho-hola…

BOTO: Te veo muy sola. ¿No hay nadie contigo?

(Lia estaba tan nerviosa que ignoró completamente que el boto supiera hablar italiano)

LIA: Bueno, estaba con mi amiga, pero ella se fue…

BOTO: Vamos, que estás sola…

LIA: Si, parece que si…

(El boto se fue acercando poco a poco hacia ella y ella se ponía cada vez más nerviosa. Hasta miraba para el suelo, sin saber qué más decir sin tan siquiera cómo mirarle a los ojos)

BOTO: ¿Cómo te llamas?

LIA: (Le mira, embobada) ¿Qué…?

BOTO: Tu nombre, reina. Dímelo

LIA: Me… Me llamo Lia…

BOTO: Es muy bonito… (Acercándose más a ella) Lia…

LIA: (Sigue completamente embobada y sonrojada, dejándose llevar) Si…

(El joven se quedó quieto mirando para ella durante un buen rato. Ella se dejaba llevar. No decía absolutamente nada. Él seguía mirándola fijamente, sin decir palabra. En un momento dado, agarró su mano y ella empezó a sentir algo que no había sentido nunca. Un temblor en su interior que golpeaba con fuerza sus órganos y hacía latir su corazón. Lia se mordió el labio, sin decir nada más, y sólo suspirando mientras miraba para él. El hombre acarició su mano y la volvió a mirar)

BOTO: ¿Vas a volver?

LIA: ¿Cu… Cuando?

BOTO: Cuando tú quieras… Hagamos cosas juntos…

LIA: (Completamente sonrojada) ¿Lo… Lo dices enserio…?

BOTO: Si… (Pega sus labios a los suyos) Quiero conocerte más, Lia…

(Lia empezó a notar ya como ciertas partes de su cuerpo se activaban. Partes que sólo en ocasiones de su vida se habían activado. Volvió a sonreír y decidió hablar)

LIA: Mañana volveré…

BOTO: (Le vuelve a acariciar la mano) Está bien… (Se va alejando, con una mirada malvada, que Lia interpreta como pícara) Te veré aquí mañana por la noche…

LIA: Vale

(Lia se fue alejando de él lentamente. Se había quedado completamente hechizada. No sabía qué era el boto, no tenía la menor idea. En lo único en lo que podía pensar era en que estaba ascendiendo al cielo por haber conocido a literalmente uno de los hombres más guapos que había conocido nunca. No se creía lo que acababa de vivir con un chico que jamás creyó que se podría haber fijado en ella sin pensar qué era la única chica que había en la fiesta y que no le quedaba alternativa. Entusiasmada, fue corriendo hacia la casa para contárselo todo a Giulia y los demás)

Comentarios

Entradas populares de este blog

EL BOTO: CAPÍTULO 9

INTRODUCCIÓN

POR DEBAJO DE LOS FOCOS: CAPÍTULO 4