EL BOTO: CAPÍTULO 3
(13 de Junio por la mañana.
Los chicos se habían despertado bien temprano para poder ir a dar un agradable paseo por el pueblo y, de esta forma, ir al puerto, para visitar el famoso río “Madre de Dios”, afluente del Amazonas. Allí, podrían introducirse de lleno en el mundo de la pesca y las numerosas especies marinas que habitaban en el río.
Todos estaban tranquilos a excepción de Luca. Lo que le había dicho Vera sobre el boto la noche anterior le hizo pensar y pensar en muchas cosas, en especial en la salud de Giulia. Por nada del mundo podía dejar que a una persona a la cual él quería tanto le pasase nada malo. Temía que el animal la viese en el río y tratase de atacarla. Por lo tanto, cuando estaban vistiéndose todos, Luca se acercó a la habitación de Giulia, y petó en la puerta. Afortunadamente, ella ya estaba lo suficientemente vestida como para que él no viese nada que no debiera ver, así que dejó que entrara)
GIULIA: Adelante
LUCA: (Abre la puerta) Giulia…
GIULIA: ¿Si?
LUCA: (Traga saliva) Tú… Es mejor que no vengas
GIULIA: ¿Qué? (Se ríe) ¿Pero qué te pasa? ¿Acaso voy a estar aquí aburrida como una ostra porque tú me lo digas, gilipollas? (Se acerca a él y le da un golpe en el hombro) Anda ya, no seas bromista…
LUCA: Te lo digo enserio, Giulia… No quiero que te pase nada… Verás, Vera ayer…
GIULIA: (Le interrumpe, con impotencia) Mira, Luca, agradecería solemnemente que dejases de decirme lo que tengo que hacer y lo que no. Ya soy mayorcita, y tú no eres mi dueño ni nadie para sobreprotegerme
LUCA: No, Giulia, no lo digo por eso, yo…
GIULIA: Es que a veces te comportas como si fuera tu novia o algo, y no es así, nunca será así. Debes dejar de decidir sobre mí y dejar que yo decida por mí misma, ¡tengo 22 años, por amor de dios!
LUCA: Giulia, por favor, debes escucharme…
GIULIA: (Se sienta en la esquina de la cama, con los brazos cruzados y aún enfadada) A ver. Te escucho.
LUCA: (Suspira) Ayer hablé con Vera y le pregunté sobre el boto… Me ha dicho que andemos con cuidado, PUEDE SER REAL
GIULIA: ¿El qué? ¿La leyenda esa del delfín que se transforma en tío?
LUCA: Si…
(Giulia se quedó mirando a Luca en silencio durante un par de segundos y, acto seguido, se empieza a reír a carcajadas)
GIULIA: Pero Luca, vamos a ver, ¿estás de broma? ¿Enserio te crees algo así? ¿No ves que la gente por aquí está loca? AY NO ME LO CREO. (Sigue riéndose, mientras le guiña un ojo) Nene, eres muy ingenuo… (Se levanta, se acerca a él y le da un beso en la mejilla, cerca de la boca, mientras éste se sonroja) ¿No ves que todo eso son sólo falacias? No le hagas caso. (Le acaricia la cara) Venga, vámonos, y deja de preocuparte…
TEREZA: (Desde la lejanía) Gente, sejam rápidos, a minha filha espera por vocês!
LUCA: (Suspira y sonríe con inseguridad) Si, tiene razón… Vámonos
(Luca y Giulia salieron de la habitación de esta última hasta el comedor, donde Fabio y Lia esperaban sentados en sillas con gran impaciencia y Vera esperaba de pie, vestida con un traje de pesca.
Aguantando un caluroso día de Junio, fueron paseando hasta el puerto, donde allí había un bote de color negro muy grande que tenía la bandera de Brasil encima. Un viejo pescador observaba el mar pensativo pero con una sonrisa en la cara. Vestía de blanco con un sombrero e iba con pantalones cortos. Al lado suya, había un montón de peces de todas las especies. Vera se acercó a él y le tocó el hombro, y ahí los chicos detectaron que lo conocía)
VERA: Bom dia, Tio António
(El hombre tardó bastante en mirar hacia ella, pero cuando miró, miró sonriendo, con una sonrisa en la que se demostraba que tenía una higiene bucodental bastante pobre)
TIO ANTÓNIO: Bom dia, Vera! Que foi?
VERA: Os alunos da minha mamai e eu queremos pescar no teu bote
TIO ANTÓNIO: (Vuelve a sonreír) Muito prazer! Venham a pescar comigo, vocês desfrutarão
(Los cuatro chicos y Vera se sentaron en el bote con gran cuidado para evitar que se rompiera. Éste empezó a arrancar.
Luca se sentó al lado de Giulia y, disimuladamente, trató de rodear su cuerpo con su brazo. Fabio sabía que no debía interponerse, pero estaba convencido de que su amigo estaba soñando en vano con Giulia, ya que notó que ella se encontraba incómoda después. Así que, antes de que Luca hiciera nada, se sentó en el medio e interrumpió a los dos chicos)
FABIO: (Arrimándose a Luca) ¿Qué dicen, qué se cuentan, qué hay, qué se ve? (Mirando para Lia, quien estaba justo enfrente) ¡Lia, ven!
LIA: (Sonríe y se acerca)
GIULIA: (Sonriendo a Fabio) No lo sé, ¿qué te cuentas tú?
LUCA: (Riendo inseguramente) Eso, Fabio… ¿Qué te cuentas tú? (En bajo al mismo) ¿Se puede saber qué narices estás haciendo?
FABIO: (En bajo a Luca) Mira, tío, la chavala no te quiere más que como un amigo, y se nota. Estás friendzoneado, y cuanto antes lo reconozcas mejor te irá. Capito?
LUCA: (Mira para abajo, ofendido)
VERA: (Hablando desde el otro lado del barco) Luca, mi tío está pescando, ¿quieres aprender?
LUCA: Eh, yo…
FABIO: (Gritándole a Vera) ¡Estará encantado de hacerlo, Vera, siempre quiso pescar! (Otra vez susurrando a Luca) Agradece que te estoy haciendo un favor, tío, así dejas de estar pegado como una lapa a Giulia…
LUCA: (Suspira y, a regañadientes, se levanta del asiento) Está bien…
(Luca se dirigió a Vera, donde ésta le dio una caña de pescar nada más lo vio. Luca se dispuso a aprender a pescar nada más cogió la caña.
Giulia echó una mirada furtiva al mar. Tenía las pupilas completamente dilatadas. Gran variedad de peces se movían por el río, nadando a la velocidad del rayo, sin ninguna preocupación de por medio. Giulia sentía gran curiosidad por tirarse al río y nadar con ellos, ya que siempre amó los peces. Le gritó al Tío António, pidiendo permiso)
GIULIA: Tio António, posso lançar-me a nadar ao rio?
TIO ANTÓNIO: Por suposto, menina, você não se vaia muito embora, de acordo?
GIULIA: Sim (Acto seguido, se tiró de cabeza al río)
(Giulia empezó a nadar con gran rapidez, y a bucear como si no hubiera un mañana. Miraba a todos los peces que había por el río, y amaba estar tan cerca de ellos y sentirse unida a la naturaleza. Seguía nadando, observándolos a todos, y jugando con ellos incansablemente.
Pero de repente, a lo lejos, vio a un delfín muy característico. Era rosa, grande, tenía la cabeza de una beluga y una boca extremadamente grande. El delfín miró fijamente hacia ella y ella sonrió)
GIULIA: Hola, bonito… Acércate, no voy a hacerte daño…
(Sonriendo, el delfín se abalanzó nadando hacia ella a gran velocidad. Giulia no le daba importancia hasta que de repente, vio como el animal estaba a punto de rodear a Giulia mostrándole algo alargado en sus partes bajas. Ella no tardó en darse cuenta de que esa cosa alargada era su pene.
Asustada y sin entender nada, Giulia comenzó a nadar, mientras el delfín iba tras de ella, riéndose. Giulia ya no sabía qué mas hacer. Sabía que el delfín acabaría atrapándola tarde o temprano, y empezó a tener muchísimo miedo. En cuanto el delfín la acorraló, ella pegó un grito muy fuerte.
Mientras estaba pescando con Vera y el Tío António, Luca oyó el grito desde la punta del barco)
LUCA: ¿Habéis oído eso?
LIA: (Desde el otro lado del barco) ¡Es Giulia!
VERA: ¿Qué?
LUCA: (Empieza a hiperventilar, muerto de miedo) Voy a por ella… (Se tira de cabeza al agua sin siquiera pedir permiso)
TIO ANTÓNIO: Tem cuidado, Luca! O rio e mais perigoso do que você acha!
(Luca no escuchó nada más y empezó a nadar, buscando a Giulia. En cuanto la encontró, la pudo ver llorando, acorralada por el peligroso delfín.
Luca no pudo evitar pensar lo peor. Por lo tanto, se acercó rapidísimo hacia ella y asustó al delfín, el cual salió corriendo de allí. En ese momento, él la cogió de la muñeca y se la llevó nadando hasta el barco. El tío António soltó un salvavidas para ellos y en éste se subieron los dos.
En cuanto estaban arriba, Giulia, arrodillada en el suelo, empezó a abrazar a Luca, llorando. Vera miraba para ellos con los ojos llorosos, y Fabio y Lia se agacharon frente a ellos para ver cómo estaban)
GIULIA: ¡HE PASADO MUCHO MIEDO, ESE ANIMAL SE ACERCÓ A MÍ SIN PIEDAD Y ME INTENTÓ VIOLAR! ¡TE LO JURO, LUCA, NUNCA HABÍA PASADO TANTO MIEDO!
LUCA: (Acariciándole el pelo mientras la abrazaba) Ya está bien, ya pasó… No pasa nada, ahora estoy contigo, no dejaré que te pase nada más…
GIULIA: (Pegando su cabeza y sus ojos frente al pecho de Luca y mojándole la camisa con lágrimas) No quiero separarme de ti, Luca…
LUCA: No te preocupes, no lo harás… Debería haber estado pendiente de ti. Perdóname.
(En ese momento, Luca sintió el verdadero miedo. Después de haber visto a ese delfín atacar a su amiga sin piedad para tener relaciones sexuales, empezaba a estar más convencido de que la leyenda podía ser real)
¡¡¡OS LO AVISÉ!!! ¡¡¡YO OS DIJE QUE ESTA HISTORIA IBA A SER FUERTE!!!
Sí, I know, muchxs de vosotrxs adoráis a los delfines y os habréis quedado en estado de shock al leer esto, pero lo que acabáis de ver no se aleja de la realidad en absoluto. Hay una teoría que acredita que los delfines violan personas, sin embargo, no hay evidencia científica que la respalde. Pero sí que hay claras pruebas de que los delfines acosan a buceantes, de la misma manera que este delfín ha acosado a Giulia.
En fin, si habéis llegado hasta aquí, os lo agradezco, espero que no me odiéis y sigáis adelante. Y si os ha gustado lo fuerte que ha sido esta parte, preparaos. Queda mucho por ver. Vais a odiar al boto, estoy segura de ello.
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