EL BOTO: CAPÍTULO 25.

 Ya es el penúltimo capítulo... Agarraos bien para la recta final, ¡falta poco!

(Volvemos al presente. Luca y Vicenzo siguen sentados en el sofá, contando la historia y tomando soda. Vicenzo está acariciando al perro, un bichón maltés, en el sofá, mientras mira a Luca con atención. Éste interrumpe la historia para poner un poco de música)

LUCA: Alexa play Highest in The Room by Travis Scott

(El aparato Alexa empieza a reproducir la música. Luca aparta la mirada de éste para mirar de nuevo a su hermano y seguir contándole)

VICENZO: Bueno, Lucati, cuéntame. Os organizasteis para ir cada uno a su ritmo, ¿y salió bien?

LUCA: No fuimos cada uno a su ritmo. Como te iba diciendo, yo no me separé de Vera en ningún momento. Tenía muchísimo miedo de que el boto la viera

VICENZO: Eres todo un caballero

LUCA: ¿Tu acaso me veías capaz de dejar a Vera sola? Tenía yo más miedo que ella casi

VICENZO: ¿Y salió todo bien? ¿Estuvo bien protegida?

LUCA: Si, todo salió bien. No fuimos nosotros los que encontramos al boto de todas formas

VICENZO: Entonces… ¿Lo encontrasteis?

LUCA: Si, Vicenzo. Fabio consiguió localizarlo. Nos llamó desesperado pidiéndonos que fuéramos corriendo.

VICENZO: (Dibujando una sonrisa abierta en su rostro) Aquí empieza lo interesante, ¿no?

LUCA: (Suspira y sonríe) Si, Vicen. Aquí empieza lo interesante.

(El flashback de Luca vuelve a aparecer. Volvemos a 2016.

Todos los aldeanos se habían reunido en el puerto de Borba. Fabio llevó al boto hasta allí y, después de arrastrarlo un buen rato de las muñecas, lo tiró de golpe hacia la zona de madera del puerto. Allí se quedaron todos mirando para él, paralizados, sin creerse que fuera él. Fabio le quitó el sombrero para que todos vieran el agujero de su cabeza)

TIO ANTÓNIO: É ele! É o boto!

BOTO: (Mirando para arriba, con duda) Pero quem são vocês? Que querem de mim?

ZÉ FERNANDEZ: Jamais suspeitei que cruzaria-me com você cara a cara. (Se acerca poco a poco a él) Sabe quem sou eu?

BOTO: Quem?

ZÉ FERNANDEZ: Eu sou o ex-marido de Lulú. A minha Lulú! Aquela mulher com a que você teve aquela bonita experiência no 99. Você esqueceria-a, mais eu nunca esquecerei como a seduziu e logo atacou.

BOTO: (Risa tonta) Não o lembro. Nem a você nem a sua mulher. Agora, posso ir de volta ao mar, por favor?

(Luca apartó a Zé de enfrente y se puso a un metro del animal, mirándolo con mirada asesina, mientras éste no podía siquiera contener la risa)

BOTO: E você que mira?

LUCA: Boto, tú no te vas a ninguna parte esta vez. Tus días de animalito en celo se acaban aquí

BOTO: (De repente, recuerda quien es y se queda mirando para él, sonriendo) ¡TÚ!

LUCA: Si, yo

BOTO: (Se levanta y se pone a un metro de él mirándolo con recelo) ¿Qué pasa, italiano? ¿Me vas a matar otra vez? Te puedo volver a herir de la misma forma que hice DOS veces ya contigo

LUCA: No vas a poder conmigo ni con nadie. Somos casi todo un pueblo contra ti, lo sabes, ¿no?

BOTO: (Ríe) Vamos a ver, amigo mío, ¿tú crees que tus amiguitos me dan algo de miedo? No son más que unos vulgares aldeanos que intentaron matarme durante años y no pudieron

LUCA: Precisamente por esa misma razón vamos a unir fuerzas.

BOTO: No me dais miedo. Ni tú ni estos viejos aldeanos que en menos de unos años les faltarán fuerzas para siquiera levantarse de un viejo sillón.

(El boto siguió riendo ante las miradas de ira de todos los hombres. Pero de pronto, vio a las tres mujeres. A Micaela, a Sandra y, sobre todo, a Vera. Éstas estaban escondidas detrás de todo para evitar que el boto siquiera las reconociese. En cuanto vieron que el boto dirigió su mirada hacia ellas, se escondieron poco a poco, pero era demasiado tarde. Él las había encontrado)

BOTO: Un momento…

(Se fue acercando a ellas poco a poco. Vera estaba en el centro muy asustada, mirando para los alrededores. Pero era tarde. El boto se había fijado en ella especialmente. Se acercó a ella hasta tenerla a un metro de distancia y la miró sonriendo divertido. Le puso las manos en la cintura, mientras Vera tenía mucho miedo)

BOTO: Vera… Botei-te muito de menos…

VERA: (Se aparta bruscamente de él) Esqueça-se. Não volvera a seduzir-me

BOTO: Isso dizem todas ao principio… (Vuelve a intentar acercarse a ella, pero ésta no se fue de rositas y le dio una fuerte bofetada)

VERA: Deixe-me em paz! Você arruinou a minha vida. Desde que o conheci, não solo perdi a Piero. Se não que também perdi todo o dinheiro do que necessitava para poder cuidar do meu avô e seguir com a minha vida. Por não mencionar que também tive um filho do que não pude cuidar adequadamente porque NÃO tenho dinheiro

BOTO: Vá… Eu estava convencido que você seguia namorada de mim…

VERA: Não! E JAMAIS o estarei! Você arruinou a minha vida!

BOTO: Muito bem. Não me quer? Não é problema mio. Moitas mulheres morreriam por estar cerca do boto… (Sonriendo, mira para Micaela y Sandra) A vocês também as lembro. Lembram-me também?

(Micaela y Sandra se alejaron de él, muy asustadas. No querían estar ni a dos metros cerca suyo. El boto se quedó mirando para ellas, confundido. Miró para atrás y, en ese momento, vio a todos los hombres y a Tereza en posición de defensa contra él. El animal rió, creyéndose invencible)

BOTO: Não vão poder contra mim…

LUCA: (Acercándose a él) Mira, delfín, voy a contar hasta tres y ese es el tiempo que te doy para echarte a correr. Uno… Do-

BOTO: (Interrumpiéndole con una sonrisa de loco) NO SI ME ECHO A CORRER AHORA

(Dicho esto, el boto empezó a correr a una gran velocidad con su característica forma de correr. Todos se quedaron mirando para él. Luca miró para atrás, impresionado por la actitud de éstos antes la forma de escapar del animal)

LUCA: NÃO QUEDEM AÍ PARADOS! VAIAM A POR ELE!

TODOS: BOTOOOOOOOOOO

(Y al momento, todos cogieron sus lanzas y echaron a correr, buscando al animal y haciendo cuanto fuera posible con tal de encontrarlo. El boto seguía corriendo a gran velocidad, riéndose sin parar y saltando a grandes alturas a medida que iba corriendo. Todos iban detrás de él sin parar, con la esperanza de que podrían atraparlo. Corrieron velozmente atravesando la playa, el bosque y todas las favelas del pueblo. Pero el boto seguía escapando de ellos a gran velocidad. Estuvieron así casi toda la noche, disparando con las escopetas, tirando tirachinas, haciendo cuanto fuera posible con tal de atraparlo. Pero no había manera de hacerlo.

Después de varias horas, y tras haber subido a una alta roca frente al río, Luca consiguió atraparlo. En cuanto lo tuvo a un metro, lo acorraló frente a un árbol al lado del río y decidió enfrentarse a él cara a cara)

LUCA: Ya te tengo… (Coge una lanza y amenaza con apuntarle con ella y clavársela en el pecho) Esto es lo que te va a pasar por ser un trozo de mierda…

BOTO: Vamos a ver, a ti te pica que te robe a todas las tías que te molan… Primero Giulia y ahora Vera… Qué pena, Luca, qué pena…

LUCA: Mira, lo que me pica es que estés arruinándoles la vida a las chicas. Te alejas tú o lo hago yo por ti. Tú eliges… (Empieza a acercar cada vez más la puntiaguda lanza al cuello humano del delfín, sin llegar a clavarle)

BOTO: Vamos a ver, Luquita, ten piedad conmigo, porfa… Te daré lo que necesites (Se pone de rodillas) Sé bueno conmigo, sé mi amigo. No haré daño a ninguna de las mujeres que tú quieras, lo prometo

LUCA: Eh… ¿Qué?

BOTO: (Se levanta y vuelve a mirarle con cara de loco) NADA (Empieza a reírse con una risa de loco y muy molesta que poco a poco se va asemejando cada vez más a la de un delfín. Acto seguido, va corriendo a tirarse en el agua)

LUCA: (Lo ve tirarse y gira la cabeza, avisando a todos) ¡AHORA! ¡FUEGO!

FABIO: Pero Luca, no es momento de hacer una hoguera ahora

LUCA: (A regañadientes y gritando más) DISPARA!!!

FABIO: Ah, vale, perdón (Acto seguido, apunta con la escopeta)

(Lo que todos desconocían es que Giulia estaba en la playa, muy cerca de ellos, y estaba viendo todo. En cuanto el boto se iba a tirar al agua y todos estaban a punto de disparar, se fue acercando cada vez más a ellos, subiendo a la roca en la que estaban. Pero nadie la había visto.

No pudieron dar en el blanco y disparar al boto hasta que éste cayó al agua, ya que tardó mucho en caer. Giulia se asustó al ver los disparos y, triste por el hecho de que estuvieran a punto de matarlo, salió corriendo y se tiró al agua, tratando de ponerse en el medio)

GIULIA: ¡NO! (Acto seguido, se tira al agua)

(Giulia tardó lo mismo que él en caer al agua y cayó en el mismo sitio. Sin querer, Luis siguió disparando, dando al mismo lugar donde el boto y Giulia habían caído. Luca no tardó en darse cuenta y miró al agua, asustado)

LUCA: ¡GIULIA!

(Vera intentó pararlo por temor, pero él se tiró de cabeza al río a buscar a su amiga. Nadó buscándola por todas partes, completamente nervioso y agobiado. En cuanto la encontró, ésta estaba casi en el fondo del río, con los ojos cerrados y los peces, confusos, nadando alrededor de ella. No había rastro del boto por ningún lado. Luca fue nadando hacia ella asustado, y la cogió rápido, llevándosela de vuelta a la orilla del río.

Por otro lado, todos los aldeanos y amigos de Luca habían bajado hasta la orilla del río a ver qué es lo que había pasado y si Luca volvería a salvo y con Giulia en brazos. Miraron expectantes, esperando que no pasara nada y que pudieran salvarla con propiedad sin que hubiera ningún tipo de problema. Al cabo de unos minutos, lo que esperaban se cumplió. Luca volvió nadando llevando a Giulia, y en cuanto llegó a la orilla del río, la posó en la hierba. Después del disparo de Luis lo primero que esperaron todos es que Giulia estaba muerta, por no mencionar que pareciera no respirar. Luca se puso al lado de ella, empezando a llorar, y le cogió la mano)

LUCA: (Sollozando) Giulia… Por favor, perdóname… Perdóname por ser un amigo de mierda y esperar algo a cambio de ti… Te voy a seguir queriendo… (Le acaricia la mano, apoyando sus ojos encima de ella y dejando lágrimas en la palma) Te lo juro…

(Luca le besó la palma de la mano a su amiga y se echó a llorar desconsoladamente, esta vez apoyando la cabeza en el pecho de Giulia. Vera le tocó el hombro también llorando y, al cabo de un rato, Luca la abrazó con fuerza. Fabio y Tereza también lloraban desconsolados, tirándose a la arena de rodillas. Los aldeanos lloraron con ellos, sin poder controlarse.

Pero al cabo de unos minutos, la chica empezó a respirar profundamente. Poco a poco, fue abriendo los ojos y mirando alrededor de lo que había cerca de ella. Su respiración despertó la atención de Luca, quien dejó de abrazar a Vera para mirar a su amiga, que lo miraba confusa)

GIULIA: Luca… ¿Qué ha pasado?

LUCA: ¡GIULIA! (Corrió a abrazarla) ¡Estás bien! ¡Creí que habías muerto!

FABIO: Gracias a dios que sobreviviste, amiga. Estábamos muy preocupados por ti

GIULIA: (Suelta a Luca) No os preocupéis, estoy perfectamente ahora mismo. Ha sido un desmayo del susto

SENHOR LUIS: Não a disparei então?

GIULIA: (Ríe) Não se preocupe, não fez.

(Después de que todos se rieran, Giulia miró para el fondo del río y empezó a estar melancólica)

GIULIA: Así que matasteis al boto… ¿No?

VERA: (Se agachó a su altura y le tocó el hombro) Si… Ya nos trajo muchos problemas…

TEREZA: Acho que agora a gente poderá morar em paz no estado do Amazonas…

(Sin embargo, había tres chicos mirando desde el fondo de todo. Froilán, Tristán y el pequeño Miguel miraban para el fondo del río. Sus madres miraron para ellos, preguntándose por ellos, y allí los vieron. Éstos estaban a punto de avanzar hasta el río, y ellas lo notaron. Al momento, empezaron a correr de la misma forma en la que el boto lo hacía. Y detrás de ellos, fueron un montón de chicos más. Todos aquellos eran los hijos del boto.

Todos los aldeanos, incluidos los chicos italianos, miraban sorprendidos para ellos. Luca miró para Vera, con cara de sorpresa y arqueando una ceja)

LUCA: Entonces, ahora que el boto está muerto…

VERA: Los hijos del boto ocuparán el río…

(Por un lado, estaba Micaela y Sandra despidiéndose de sus hijos)

FROILÁN: Adeus, mamai. Volveremos a ver-nos

MICAELA: Botarei-no em falta, meu filhinho…

TRISTÁN: (A Sandra) Mamai, quero-te…

SANDRA: (Entre lágrimas) Eu também, Tristán… Não me creio que já não estará comigo…

(Por otro lado, el pequeño Miguel se acercó a Vera sonriendo. Vera lo miró empezando a llorar y sonriendo. No lo pudo contener más. Al momento, abrazó con fuerza a su pequeño hijo y éste se lo devolvió enseguida)

VERA: (Llorando) Amo-te, Miguel… Amo-te muito…

MIGUEL: Amo-te, mama…

(El pequeño la soltó y se fue al río directamente. Se unió a todos sus hermanos, que eran bastantes. Se metieron poco a poco y empezaron a nadar como delfines, preparando su transformación hasta estos. Todos miraban con atención. Vera abrazó a Luca mientras miraba para su hijo alejarse con los demás hijos del boto.

El sol estaba empezando a salir y, en ese tiempo que salía, fue en el tiempo en el que poco a poco los chicos se transformaban e iban desapareciendo en el río. Todo el mundo miraba hasta que no quedara nada más que un montón de cetáceos de color rosa nadando alegremente todos juntos)

Comentarios

Entradas populares de este blog

EL BOTO: CAPÍTULO 9

INTRODUCCIÓN

POR DEBAJO DE LOS FOCOS: CAPÍTULO 4