EL BOTO: CAPÍTULO FINAL!!!!

(23 de Junio, mediodía. Era la hora de volver a Italia. Los chicos estaban preparando sus maletas con el fin de marcharse a las 10 de la noche hora brasileña desde Manaos hasta Francfort, e ir acto seguido en un largo viaje en coche hasta Verona, esta vez directa. Sería volver a hacer el viaje complicado al que se tuvieron que someter el primer día.

Cada uno estaba en su habitación, saturado por hacer de nuevo su maleta. Fabio había sido el primero en acabar, y con lo cual estaba esperando en el salón con Vera y con Tereza. Esta última avisaba desde abajo a los otros dos que tendrían que ir con rapidez)

TEREZA: Gente, espevitem. A noite sai o voo, mais nos temos que estar muito antes

LUCA: (Chillando desde arriba, a punto de bajar con su maleta) Não se preocupe, Tereza, já case estou…

GIULIA: Eu acho que ainda necessito tempo…

(Luca bajó lo más rápido que pudo con su maleta. Al mismo tiempo, también cargaba con las cosas de Lia, las cuales tendrían que llevar de vuelta a Italia junto con sus cenizas, para que sus padres las pudieran tener a mano. Giulia no tardó mucho más en bajar.

Después de que todos estuvieran listos, se fueron hasta la furgoneta a dejar las maletas. Frente a ella, les estarían esperando el Tío António y Zé para despedirse de ellos. Luca los vio y no pudo contener las lágrimas. António y Zé también estaban a punto de llorar)

TIO ANTÓNIO: Luca, Giulia, Fabio… Cuidem-se muito. Vamos sentir saudade de vocês

LUCA: (Riéndose) Eu também sentirei saudades de você, Tio António. Você foi um grande homem para nos.

GIULIA: E uma grande ajuda.

FABIO: Siga com esse sorriso que teve sempre!

TIO ANTÓNIO: (Sonríe) Acordem-se que se querem volver, aqui nos têm para vir a pescar no rio sempre!

(Luca, Giulia y Fabio sonrieron a António al momento.

Justo después de despedirse de António, fue el momento de despedirse de Zé, quien estaba comenzando a tener los ojos mojados. Luca lo miró y se rió cariñosamente)

LUCA: Zé, ¿estás bien?

ZÉ: ¿Quién? ¿Yo? Si, estoy bien… (Se seca las lágrimas) Sólo se me ha metido algo en el ojo…

LUCA: (Sonríe de oreja a oreja) Ya, seguro…

(Zé le sonrió al momento y se quedó un rato mirando a su bolsillo, pensando y hurgando bastante en él. Luca le miró extrañado)

LUCA: Zé, ¿va todo bien…?

ZÉ: (Lo mira) ¿Ah? Ah, si, si. Claro… Sólo quería decirte que…

LUCA: (Se ríe) Zé, tío, ¿qué me estás ocultando?

ZÉ: Bueno… No sé si habrá servido de mucho toda la pesca que hemos conseguido durante la semana aquí, pero he hecho cuanto fuera posible para conseguir dinero y pagar el aborto de Giulia. Así que mis empleados han estado vendiendo el pescado que pescamos en el pueblo estos días

LUCA: ¿Enserio…?

ZÉ: Si, aunque no sé si es mucho. (Coge los billetes y se los da en la mano) Tomad. 5000 reales. No sé cuánto será esto en euros

(Giulia lo vio todo y se acercó a Luca, mirando para el dinero que Zé le acababa de dar para pagar su aborto. Sus ojos brillaron y le cogió el dinero de las manos a Luca. Se quedó mirando para el dinero y, acto seguido, para Zé)

GIULIA: Zé… Esto ya es mucho. Ya es una buena parte

ZÉ: ¿Vosotros lo creéis así…?

LUCA: ¡Claro! No será todo, pero es suficiente para empezar.

GIULIA: Yo hablaré con mi madre y trataremos de organizar para conseguir más. Yo voy a abortar. Eso seguro.

ZÉ: Pensé que no os iba a servir de nada…

LUCA: Sí que nos sirve. ¿Pero sabes qué mas nos sirve? (Le toca el antebrazo) Que nos hayas ayudado tanto. Eres un gran hombre

ZÉ: Si, supongo…

(Luca, con los ojos húmedos, abrazó con fuerza al pescador. Éste se quedó patidifuso)

LUCA: Te voy a echar muchísimo de menos

ZÉ: (Después de un rato patidifuso, sonrió y le devolvió el abrazo) Yo también a ti…

(Luca soltó a Zé justo después. En ese momento, dejó que Giulia y Fabio se despidieran también tranquilamente de él. El motivo de esto era el acercarse a Vera para despedirse adecuadamente de ella y como se merecía.

En cuanto la tuvo frente a él, la miró sonriendo y con los ojos brillantes. Vera apartó la mirada sonrojada)

VERA: (Evitando mirar para él) Bueno… Menudo festival de viaje, ¿no? Tendréis mucho que contar al llegar a casa…

LUCA: (Apartando la mirada también) Si, bueno… (Vuelve a mirarla y le toca el antebrazo) Escucha, Vera…

VERA: (Mira para él y sus ojos comienzan a brillar)

LUCA: Vera, deberías replanteártelo…

VERA: ¿El qué?

LUCA: Venirte a vivir a Verona con tu madre y tener una mejor vida

VERA: Luca, no puedo…

LUCA: (Le agarra de las manos y las aprieta con fuerza) ¿Pero por qué…?

VERA: Quiero quedarme aquí manteniendo esta casa y ayudando a mi tío con la pesca. Además, ya que mi hijo no vivirá más conmigo, quiero ir al río en las noches de luna llena para darle un abrazo. (A punto de llorar) Perderle de repente ha sido lo peor que me ha pasado

(Vera miró al suelo y Luca la agarró de la barbilla e hizo que mirara para él, sonriéndole)

LUCA: Te voy a ayudar a sobrevivir aquí. Como hace tu madre. Acordaré lo que haga falta con ella para que entre los dos te podamos ayudar

VERA: (Mirándole pestañeando muy seguido debido a sus lágrimas) ¿De verdad… De verdad harías eso por mí?

LUCA: Te mereces eso y más…

(Vera empezó a cerrar la boca dejando que las lágrimas cayesen en sus labios. Luca empezó a acariciarle el brazo y la cara mientras la miraba durante un par de segundos, sonriendo y a punto de llorar también. Vera lo miró fijamente sollozando)

VERA: Deberías irte

LUCA: Bueno…

(Se dio la vuelta, pero no pudo contenerlo más. Después de un segundo dándole la espalda, se volvió hacia ella para abrazarla. Estuvo abrazándola durante un buen rato, cada vez con más fuerza, y después de tanto contener las lágrimas, él también empezó a sollozar, completamente dolido al saber que posiblemente no volvería a ver a la chica más increíble que jamás había conocido. Vera también lloró con fuerza, haciendo que los dos terminasen llorando a mares abrazados.

Después de ese tiempo abrazados, Luca agarró a Vera de la cara y la volvió a mirar, empañado en lágrimas)

LUCA: Eres increíble. Quiero volver a verte pronto

VERA: Te voy a echar de menos…

LUCA: Y yo a ti…

(Acto seguido, le dio un beso en la mejilla y se apartó, para volver con sus amigos. Tereza fue después a abrazar durante un buen rato a su hija antes de que se prepararan para marcharse. Los tres italianos estaban llorando a mares, no podían contener la tristeza que sentían al saber que se despedirían de gente a la que les cogieron cariño pero sabían que no volverían a ver. Sin embargo, también se llevaban con ellos el miedo y temor que el boto les ocasionó durante el viaje y el dolor que acarrearon al presenciar frente a ellos el fallecimiento de su compañera en las profundas aguas del afluente del Amazonas.

Durante el trayecto del coche, estuvieron en silencio un buen rato. Luca se quedó mirando a Giulia y sonrió, feliz de saber que estaría bien. Giulia lo miró también sonriendo y le agarró de la mano)

GIULIA: Gracias por todo, Luca. Te lo digo y te lo voy a decir siempre. Gracias por ser mi amigo

LUCA: Es lo menos que puedo hacer por ti. Espero que todo salga bien con tu aborto cuando lleguemos a Verona

GIULIA: (Apretándole la mano) ¿Me acompañarás?

LUCA: (Le sonríe) ¡Claro que sí, Giulia! Estaré ahí para todo lo que haga falta, ¿vale?

GIULIA: (Sonríe también) Te quiero mucho…

LUCA: Yo también te quiero

(Giulia se rió suavemente y le soltó la mano a su amigo, después mirando para la ventana. Luca miró un rato para ella y volvió a sentirse aliviado de que ella estuviera bien, a la par que se sentía más que feliz de seguir siendo su amigo. Después de un rato, se puso a mirar a la ventana, pensando en todos los recuerdos acumulados del viaje)



                                                                        ***



(Volvemos al presente. Luca está terminando de contarle la historia a Vicenzo)

LUCA: Bueno, llegamos a Verona y acordamos que ni Fabio ni yo contaríamos nada a nuestras familias para no preocuparles. Que sólo lo haría Giulia.

VICENZO: ¿Cómo se tomaron los padres de Giulia la situación?

LUCA: No voy a mentir… La madre se desmayó y el padre nos echó la bronca. De todas formas, una vez explicado el problema, reunieron todo el dinero posible y en Julio ya pudimos llevar a Giulia a abortar. El resultado fue un éxito

VICENZO: (Se queda sentado en el sofá, pensativo) Estoy flipando. Toda esta historia es muy traumática…

LUCA: Ya ves. Créeme que yo en ocasiones he llegado a tener secuelas… (Se levanta) Pero bueno, es el pasado, ahora ya está todo

VICENZO: Me parece maravilloso como Giulia, sintiendo durante años que los hombres la usaban, es muy feliz con su novio a día de hoy

LUCA: Si, me alegro de que ahora sea feliz. Valentino la trata muy bien y ella merecía a un hombre como él. Igualmente, ella no ha dejado de tener secuelas de este viaje en estos años.

VICENZO: Bueno, sigue siendo el pasado dentro de lo que cabe…

LUCA: Si…

(Se quedan unos segundos en silencio. Vicenzo se queda mirando a su hermano, quien ha apartado la mirada al suelo)

VICENZO: Oye, Luca

LUCA: Dime

VICENZO: Lo tuyo con Vera… ¿Cómo acabó?

LUCA: Pues no la volví a ver. Estuve hablando con ella pocos días después, pero nos fuimos olvidando el uno del otro

VICENZO: ¿Antonella lo sabe?

LUCA: Vicenzo, Antonella lleva siendo mi novia desde hace dos años, ya hace tiempo que sabe tanto eso como lo de Giulia.

VICENZO: Ah, claro… Y perdona la pregunta, ¿sabes algo de su vida actual?

LUCA: ¿De la de Vera?

VICENZO: Sí, claro.

LUCA: Bueno, lo que sé por Instagram es que el año pasado se casó de forma privada con un tío. Lo he cotilleado y es un pavo de Brasilia que se llama João y que, al igual que el padre de Vera, es futbolista del equipo de fútbol de dicha ciudad. Es un chico mulato, como ella.

VICENZO: O sea, que sospechas que finalmente ella podrá pasar el resto de su vida con una persona rica

LUCA: Si, en verdad me alegré por ella cuando me enteré. Estaba tan estresada por su situación monetaria que necesitaba a alguien que la llenase económicamente… Espero que lo haya hecho emocionalmente, que es lo importante

VICENZO: ¿Y Lia? ¿Qué hicieron con ella?

LUCA: Sus padres tienen las cenizas guardadas en su casa. A veces vamos Giulia, Fabio y yo a hablar con ellos para preguntarles qué tal están

VICENZO: Bueno… Menos mal que ese delfinito de pacotilla pagó su cometido

LUCA: Si, ahora está muerto… Pero sus hijos andan por ahí haciendo lo mismo que él. En fin…

(Se quedan mirando a la televisión, la cual está aún encendida. Luca coge el mando y empieza a hacer zapping constante mientras Vicenzo mira para la televisión esperando encontrar algún canal chulo. En cuanto acaba en la Rai, aparece un documental en una selva)

LUCA: ¿Documentales otra vez…?

VICENZO: La cuarentena está siendo maravillosa para la programación del mediodía y de la madrugada para la Rai

LUCA: ¿Qué les ha dado con los documentales…? (Se levanta) Bueno, yo me voy a escribir y a escuchar el nuevo disco de Dababy, que acaba de salir. (Va caminando dirección a su habitación) ¿Tú que vas a hacer?

VICENZO: Creo que haré videollamada con mi novia. Pero tengo que esperar a que se conecte

LUCA: Está bien. (Se va marchando hasta abandonar la sala) Nos vemos

VICENZO: Adiós

(Luca abandona la habitación y Vicenzo se queda mirando a la televisión dos segundos, y justo después coge el móvil, sin prestar atención a lo que dice ésta ni al documental. Después de un rato con el móvil, se queda mirando un poco a la televisión y suspira)

VICENZO: Bueno, yo qué hago aquí…

(Se levanta y se va con su móvil, y la televisión queda encendida. De repente, en la televisión se refleja una figura familiar nadando en las aguas: La figura del boto. El de documental empieza a hablar acto seguido)

NARRADOR: Este es el boto cor-de-rosa. Hay una leyenda muy conocida que cuenta que seduce mujeres en las noches de luna llena, convertido en hombre. En 2016, se descubrió que, debido a esta leyenda, varios aldeanos del pueblo de Borba intentaron asesinar al delfín con balas de fuego. Pero sin embargo, no hay evidencia clara de que lo hayan conseguido. Aldeanos sospechan haber visto al cetáceo rosa nadar por los ríos del Amazonas. ¿Seguirá el boto viviendo por el Amazonas y sus afluentes? ¿O serán sus hijos los que toman el control del río ahora?



FIN

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