POR DEBAJO DE LOS FOCOS: CAPÍTULO 22

(3 de Mayo. Era un día normal en Los Ángeles, en la mansión del rapero. Éste había decidido no trabajar, pero desde que abandonara Apple Valley había estado liado tratando de relanzar su carrera, aún habiendo un montón de críticas a sus espaldas. También estaba llegando a acuerdos con Monty y la discográfica para intentar limpiar su imagen frente a los medios, ya no sólo frente a las redes sociales. 

Sin embargo, en ese día, el artista quería simplemente descansar. Estaba tranquilamente acurrucado con Emma viendo su documental, el que había hecho para Netflix el año anterior, donde se veía su vida, como trabajaba, y su trato con los fans. Gerry creía que quería llorar de la emoción cada vez que lo volvía a ver) 

GERRY: (Abrazando con fuerza a su novia) No sabes lo mucho que echo todo esto de menos… 

EMMA: (Mirando hacia arriba para verle la cara) Estuviste casi un año alejado de todo esto. Debió de hacerse muy raro el volver otra vez

GERRY: Si… Cuando volví a esta vida en Abril, sentía que volvía a casa. No me lo podía creer. 

EMMA: No sabes lo que tienes hasta que lo pierdes… 

(Siguieron mirando al documental. Gerry suspiró, creía que tenía ganas de llorar. Emma lo miró, preocupada) 

EMMA: ¿Qué te pasa, amor? 

GERRY: No me puedo creer que haya renunciado a esto por culpa de los haters. Me siento tan mal ahora… Dejé un montón de fans con preguntas sin respuesta y le di largas a artistas con los cuales moría por trabajar… (Siente que empieza a llorar) Por culpa de gente que está siempre encerrada en su casa y que vive por y para criticarme… 

EMMA: Oh, cielo… 

(Gerry no pudo evitarlo. En ese momento, rompió a llorar. Emma se acercó a él y lo abrazó con fuerza, mientras él lloraba cada vez más. La maquilladora creía que también quería llorar al estar en brazos de su novio. No podía soportar verlo sufrir) 

GERRY: Emma, me siento como un miserable… La música es mi vida. Mis fans lo son todo para mí. Renuncié a lo que más me gusta, y de verdad que peor no me puedo sentir… 

EMMA: Bueno, Gerald, míralo por el lado bueno. Sacaste algo en positivo, ¿no?

GERRY: Dime qué, porque yo no lo sé 

EMMA: Clara. Ella no se hubiera deconstruido de no ser por ti. ¿Es que eso no significó nada para ti? 

(Gerry abrió los ojos como platos. Su novia tenía razón. Él mismo había cambiado a una hater. 

Cuando Emma le dijo eso, empezaron los flashbacks. Todos los buenos recuerdos que había tenido con la joven niña. Tenía más que claro que ella había sido, más que su amiga, su hermana, y que le había dado el apoyo familiar que nunca había recibido por su familia de sangre. Y ya no sólo Clara, si no también Irina y Charlie lo habían cuidado muy bien. 

Todos esos recuerdos hicieron que el llanto de Gerry se intensificara. Y con él, la magnitud del abrazo que le dio a Emma. Ella cada vez lloraba más, contagiada por la tristeza de su pareja. 

Pero de pronto, Emma empezó a pegar gritos de dolor. Gritos de dolor semejantes a los que se pegan con los retortijones. Pero tenían un poco más de intensidad. Gerry se separó de ella, con dudas) 

GERRY: Cariño, ¿estás bien? ¿Pasó algo?

EMMA: (Aún gritando por el dolor) Mira para el suelo… 

(Gerry miró para abajo. Se encontró con un charco en el suelo. La respuesta estaba frente a él: su novia había roto aguas y su hija estaba a punto de nacer. 

Se quedó mirando para ella, aturdido) 

GERRY: No puede ser… 

EMMA: Gerry, HE ROTO AGUAS 

GERRY: (Se levanta con rapidez del sofá) VAMOS YA AL HOSPITAL 

(Corrieron con gran velocidad hasta el coche. Tenían que llegar al hospital cuanto antes. 

En el trayecto, los gritos de Emma se hacían cada vez más fuertes. Gerry conducía a gran velocidad para llegar lo antes posible, en ocasiones teniendo que rebasar la máxima. Le entraron ataques de ansiedad conduciendo. No creía que fueran a llegar pronto. Pero justo a tiempo, pudieron llegar allí. 

Estuvieron 15 horas exactas en el hospital. Gerry estuvo solo todo el tiempo. No le dejaron entrar en la sala. A él sólo se le ocurría dar vueltas y vueltas por el hospital, agobiado, con miedo de que a su novia le diera una hemorragia o que el bebé no naciera. Él se daba constantes cabezazos en la pared, agobiado e insistente, esperando a que todo saliera bien, la criatura naciera sin ningún obstáculo y Emma saliera ilesa. Mientras esperaba, le daban más ataques. No creía que su ansiedad fuera a aguantar tal situación, al igual que ya le costaba aguantar otras cosas. 

Cuando quedaba poco para el parto, las enfermeras le dejaron entrar para ayudar a Emma a empujar. El proceso duró aproximadamente 10 minutos. Emma lo estaba pasando especialmente mal. Sólo se le ocurría gritar y llorar, mientras que las enfermeras le pedían que mantuviese la calma. Gerry le agarraba de la mano asustado, prometiéndole que todo iba a salir bien, mientras se echaba a llorar. Pero todo había salido bien. Emma había pasado 10 minutos bastante duros, acompañados de hemorragias y constantes ataques de cólera. Pero había nacido. Había nacido la hija de Gerry Mor$a y Emma Thompson. Su nombre era Perla Rosa. 

Le cortaron el cordón umbilical y, en cuestión de segundos, el bebé pasó a manos de Emma. Gerry convirtió sus llantos de agobio a llantos de felicidad cuando vio que su pequeña hija había nacido) 

EMMA: (Mira a su novio y le sonríe) Amor, dile hola a Perla Rosa. Nuestra pequeña. 

(Gerry se acercó a ella y le sonrió. La pequeña era un bebé que acababa de ver el mundo, incapaz de abrir los ojos y de reconocer a su padre. Pero en ese momento, a él le dio igual y le sonrió. Acto seguido, le besó la cabeza, y tocó suavemente sus dedos) 

GERRY: Cariño, te voy a querer como no he querido a nadie nunca… Te lo juro. De ahora en adelante serás la niña de mis ojos 

EMMA: Papá y mamá te vamos a querer muchísimo, nuestra pequeña 

GERRY: Nuestra Perla Rosa… 

(Acto seguido, Gerry soltó las manos del bebé. La enfermera los miró, conmovida, y se acercó a Gerry) 

ENFERMERA: Escucha, ahora te tienes que ir. Tenemos que hacer unas cuantas cosas antes de que puedas volver a entrar

GERRY: ¿Cuándo podré volver a verla? 

ENFERMERA: Te avisaremos 

EMMA: (Le sonríe) Ve, amor mío. Te llamarán para cuando puedas volver 

GERRY: (Se acerca y le da un beso fuerte en la mejilla) Te quiero, mi amor (Se aleja) 

ENFERMERA: (Le toca el hombro) Enhorabuena, Mor$a. Vas a ser, además de una superestrella aclamada, un gran padre 

GERRY: (Se sonroja) Muchísimas gracias. 

(Al momento, el rapero abandonó la sala. Se fue sonriendo y muy feliz. Acababa de nacer su pequeña hija, y le iba a dar el amor paternal necesario con tal de hacerla la niña más feliz del mundo. 

Estuvo a punto de salir del hospital, no sin antes mirar al fondo del pasillo, pensando en cómo lo pasaría su novia dentro del hospital. Sólo se le ocurría sonreír mientras pensaba en lo mucho que la quería y en lo contento que estaba de formar una familia a su lado. 

Después de mirar un rato para el pasillo, salió finalmente del hospital. Pero no todo en ese día era felicidad. Justo en el momento en el que iba hasta el parking para coger el coche, se encontró con una poco agradable sorpresa. Frente a él, estaba Mónica Hudson, cruzada de brazos y sonriendo. Gerry se sobresaltó y pegó un grito del susto) 

MÓNICA: Sorpresa, morsa fea 

GERRY: ¿Qué haces aquí, Mónica? 

MÓNICA: Venía a hablar contigo, ¿puedo? 

GERRY: (Mira para abajo, dudoso) Si, supongo 

(Mónica no se lo pensó ni dos segundos y cogió al hombre, llevándolo de golpe hasta la pared del párking. Él se llevó un susto muy grande, y ella se puso a un metro suyo, mirándole con mirada amenazante y apretándole con fuerza la camiseta. Justo después, dejó una mano libre para agarrarle del cuello) 

GERRY: ¿Pero qué te pasa, loca? 

(Mónica apretó su mano, estando a punto de estrangularle) 

MÓNICA: Escúchame, pedazo de gilipollas. Estoy HARTA de tu existencia. HARTA. ¿Me oyes? 

GERRY: ¿Qué coño te he hecho yo ahora? 

MÓNICA: Primero… Me robas el éxito… Luego… Consigues Grammys que yo tendría que haber conseguido… Y ahora… Me quitas a una fan

GERRY: ¿Hablas de Clara? 

MÓNICA: (Le estrangula aún más) SI, IMBÉCIL, HABLO DE CLARA. (Le vuelve a mirar con cara amenazante, apretando los dientes) Escúchame bien, conguito con patas: Yo soy una MUJER FUERTE. Una MUJER LUCHADORA. Y estoy HARTA de que onvres como tú se me pongan delante. Sobre todo cuando eres un MAL ARTISTA y un RAPERITO que no merece ni la mitad de éxito que tiene… 

GERRY: Pero que eso no lo elijo yo, ¿puedes dejar ya de ser tan radical y tomártela conmigo? 

MÓNICA: ¡GERRY MOR$A, ME LA SUDA LO QUE DIGAS! Me las vas a pagar… ¿Me oyes? 

(Gerry seguía resistiendo sus estrangulamientos, mirando para arriba y tratando de evitar su amenazante mirada. Ella miró también para arriba, sonriendo. Con esa misma sonrisa miró a Gerry) 

MÓNICA: Perdona la pregunta, pero no tendrás nada que hacer hoy, ¿no? 

GERRY: ¿De qué estás hablando?

MÓNICA: Bueno, lo que tengas que hacer hoy, en lugar de aplazarlo tendrás que cancelarlo. Porque o haces algo hoy o no haces nada en tu vida 

GERRY: ¿De qué narices hablas? 

(Mónica no dijo nada más y, riéndose, se alejó de él. Luego, se le quedó mirando, con la misma mirada, mientras Gerry se la devolvió, preocupado)

GERRY: ¿Qué me vas a hacer, Mónica? ¡CONTESTA! 

MÓNICA: ¿A ti que te importa, monomierda? 

GERRY: ¡Escucha, ni se te ocurra hacerme daño! ¡Tengo que estar con mi hija ahora! 

MÓNICA: Ah, ¿que ya nació? ENHORABUENA, MOR$A. Otra mujer alienada por el machismo de un negr*t* sin aspiraciones ni metas 

GERRY: Mónica, te pido por favor QUE TE CALLES YA. Y NO HABLES ASÍ DE MI HIJA 

MÓNICA: (Se vuelve a acercar a él con rapidez y le agarra la muñeca con fuerza) ¡YO HABLO DE LA PUTA DE TU HIJA COMO ME SALE DEL COÑO! (Baja el tono de su voz y le sonríe) Lástima que esa niña NUNCA va a saber quién ni cómo es su padre… 

GERRY: ¿QUÉ? 


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