POR DEBAJO DE LOS FOCOS: CAPÍTULO 24

 (Habían pasado 4 días. Era 19 de Mayo. No había rastro de Gerry Mor$a en ningún lado. Estaban convencidos de que se iban a volver locos buscándolo. 

Clara, Irina y Charlie estaban sentados con Monty, Jill K y los padres del artista en el sofá) 

IRINA: Llevamos 4 días, ¿y todavía no hemos localizado a Gerry? ¿Enserio? 

MONTY: No… Todo esto es demasiado complicado 

ELISA: Pero amor, ¿hablaste al menos con Emma? 

JILL K: Emma está igual de desaparecida que él 

CLARA: Lo cual a mí me parece el doble de sospechoso… 

CHARLIE: (Baja la cabeza, con las piernas abiertas) A este paso vete tú a saber si lo encontramos 

ARNOLD: Nuestro niño… 

ELISA: Espero que no le haya pasado nada malo… 

(Todos se quedaron mirando para el suelo, preocupados. Estaban pensando detenidamente cómo harían para localizar a Mor$a a tiempo y sin indicio de deterioro. Pero sobre todo, era preocupante el paradero de Emma. Ella tenía a su hija, y no debía andar muy lejos. Aunque, para tranquilizarse, lo que se les ocurrió pensar es que estaría desesperada tratando de buscar a su novio. 

Todo fue desesperación pensando hasta que a Jill se le iluminó la bombilla) 

JILL K: ¿Y Mónica? ¿Sabrá algo? 

IRINA: (Arqueó la ceja) ¿Mónica? 

CLARA: ¡Eso! (Se levanta del sofá, entusiasmada) ¡La única a la que no le hemos preguntado es a Mónica! De seguro tiene algo que ver 

MONTY: No, no, os habéis vuelto locos. Mónica habrá sido muy dura con Gerry durante toda su carrera, pero no creo que esté tan mal de la cabeza como para secuestrarlo o hacerle algo malo. 

(Jill miró a Monty con expresión de “no estoy seguro, ¿eh?”. Monty interpretó dicha frase en su ya sugestiva mirada. Luego, se quedó mirando a las españolas y a su amigo americano. Acto seguido, a sus padres. Se quedaron un rato en silencio, sospechando muchas cosas. Pero en ese preciso instante, Monty no se lo pensó y corrió a coger las llaves del coche. 

Dudosos, Clara, Irina, Charlie y Jill K le siguieron. Los padres decidieron quedarse en el sofá, mirando como su hijo iba rápidamente a tratar de arreglar la situación. 

Tardaron cero coma en bajar hasta el coche, siguiendo a Monty. Se montaron y se acomodaron rápidamente en él, pero nadie había articulado palabra, con lo cual nadie tenía idea de a dónde podrían estar dirigiéndose) 

CLARA: Perdona la pregunta, Monty, ¿pero se puede saber a dónde vamos? 

MONTY: A casa de Mónica. A saber dónde tiene a Gerry 

CHARLIE: O sea, que ahora sí que estás convencido de que podría haber sido ella. 

MONTY: Me he parado a pensarlo y tiene todo el sentido. (Arrancó el coche) Ahora no preguntéis más dudas 

(Monty se calló y fue rápidamente hasta la mansión de Mónica, de la cual se sabía perfectamente la ubicación, ya que no sería la primera vez que iba. Iba con tal velocidad que hasta sin querer rebasaba la máxima permitida. Los tres chicos y Jill creían que se iban a morir ya en ese preciso instante. 

La casa de Mónica estaba en la otra punta de Los Ángeles, con lo cual, necesitaban llegar lo antes posible. En el preciso instante en el que llegaron, Monty salió rapidísimo del coche y, por inercia, salieron los demás con él. Corrieron rápidamente hasta la puerta y, como Monty no pudo aguantar el cabreo, timbró seguidamente en la puerta) 

JILL K: Monty, tranquilo 

MONTY: ¡Es que ha sido ella! ¡Estoy seguro! ¡Fue capaz de hacerle cualquier cosa a mi hermano! (Sigue timbrando) ¡MÓNICA, SÉ QUE ESTÁS AHÍ, DIME QUÉ HA PASADO CON GERRY O TE MATO! 

(Alguien abrió la puerta. Era Clo, la sirvienta. En cuanto Monty la vio, dejó de tocar el timbre. La señora lo miró con ojos tristes, preocupada por las intenciones de ellos con Mónica. Ellos la miraron dudosa) 

CLO: Mónica no está en casa 

CLARA: Perdónanos, no queríamos suponer un problema para usted, señora. Queríamos saber si-

MONTY: (La interrumpe) ¡Señora! Díganos dónde está Mónica

CLO: Eh… 

MONTY: ¡DÍGANOS DONDE ESTÁ MÓNICA! 

JILL K: (Lo aparta de la señora, preocupado) Señora, disculpa a mi amigo, desde que Gerry desapareció está un poco sensible… 

CLO: Por suerte, yo sé dónde está Mónica… Y dónde tiene a Gerry… 

(Todos se quedaron mirando para ella, con los ojos abiertos como platos. Ella, al momento, se dio cuenta de que no debía contar nada, sería fallar a su ama) 

CLO: Ah, pero Mónica me dijo que no abriera la boc- 

MONTY: (Se acerca un metro a ella, con mirada amenazante) DILO

CLO: (Temerosa, mirando para él) ¿Qué me vas a hacer…? 

MONTY: ¿A ti? Nada. Igual a tu casa sí… 

CLO: (Traga saliva y su voz empieza a temblar) Se lo llevó a la antigua fábrica de chicles, a las afueras de la ciudad. 

MONTY: (Cambia su expresión de crueldad a una más alegre) Vale, señora. Muchas gracias 

(Al momento, se fueron rápidamente corriendo hasta el coche, mientras la sirvienta miraba desde la lejanía) 

CLO: Qué hombre tan bipolar (Cierra la puerta de un portazo) 

(Monty metió a todos en el coche, alterado, y lo arrancó rápidamente. 

Esta vez, los demás veían su momento de morir. Monty rebasaba aún más la velocidad máxima permitida, y tuvo demasiada suerte de que la policía no anduviera cerca. Aunque los demás estaban igual de preocupados que él, no podían evitar pensar que el hombre estaba colapsando con el estrés. 

Tardaron menos tiempo del esperado en llegar a la vieja fábrica de chicles. La fábrica estaba que se hacía pedazos y daba una mala imagen desde fuera. Decidieron entrar al momento, aunque temerosos de no salir airosos. Clara estaba asustada, abrazando a Charlie, a la par que también estaba muy preocupada por lo que le hubiera podido pasar a Gerry. 

En la puerta de la fábrica, cuando ya estaban justo ahí, se encontraron a Emma sosteniendo a su hija y discutiendo con Mónica, lo cual fue una gran sorpresa para ellos) 

CLARA: O sea, que Emma estaba ahí… 

MÓNICA: Hazme un favor y lárgate, tía. ¡Llevas aquí días! 

EMMA: Yo no me pienso ir de aquí hasta que me digas dónde está Gerry 

MÓNICA: Enserio, ¿quieres que le haga daño a tu hija? Porque te lo estás buscando… 

EMMA: (Aparta al bebé de ella) ¡No toques a Perla! 

MÓNICA: (Con voz burlona) Pues entonces deja de preguntarme dónde está Gerry… 

EMMA: ¿Qué le has hecho a mi novio, loca del coño? (Se acerca a ella, amenazante) ¡SI NO TUVIERA A MI BEBÉ CONMIGO AHORA MISMO TE HUBIERA QUITADO TODOS LOS PELOS DEL CUERO CABELLUDO! 

MÓNICA: Eh, no te me pongas amenazante, pedazo de puta alienada 

EMMA: QUÉ LE HAS HECHO A GERRY

CLARA: (Desde atrás) Contesta, Mónica: ¿Qué le has hecho a Gerry? 

(Mónica se dio la vuelta y no se llevó una sorpresa agradable al ver quien estaba esperando para entrar) 

MÓNICA: ¿Cómo habéis llegado vosotros hasta aquí? 

MONTY: Eso no es tu incumbencia. Dinos dónde está Gerry o te juro que te quemamos la mansión. 

MÓNICA: ¡NO PIENSO CONTESTAR, DEJADME EN PAZ! 

CLARA: (Se acerca a Emma) Voy a hacer esto por ti. Sé que si no tuvieras aquí a tu hija lo hubieras hecho 

(Al momento, Clara se tiró encima de Mónica y la tiró hacia abajo, sin que ésta se pudiera resistir. Le agarró las muñecas, y miró a Monty, Jill, Charlie e Irina) 

CLARA: Vigilad que Mónica no escape de aquí. Emma y yo vamos a entrar a buscar a Gerry 

MÓNICA: ¿Qué? ¡NO! 

IRINA: Está bien, primita. Nosotros te cubrimos 

(Al momento, retuvieron a Mónica mientras Clara y Emma entraron rápidamente dentro de la fábrica. Buscaron a Gerry por toda la fábrica pero no eran capaz de encontrarlo. 

Después de bastante tiempo de búsqueda, consiguieron localizarlo en el primer piso de la casa. Emma se acercó a él, y Clara vino detrás. Gerry estaba encerrado en una jaula de barrotes. Cuando vio a Emma, se le dibujó una sonrisa en la cara) 

GERRY: Mi amor, has venido… 

EMMA: Estuve días esperando a poder localizarte 

GERRY: Ay, qué bien que hayas venido… (Ve a Clara y su sonrisa desaparece) ¿...Con ella?

CLARA: (Sonríe de oreja a oreja) Hola…


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