20 de Septiembre: Parte 5 de 6
Dos días pasaron. Yo estaba tranquila en el piso, en la habitación con Sabela y Jesús. Ellos miraban insistentemente al Instagram de Lucas con los ojos brillando mientras yo creía que me iban a salir legañas, porque no podía parar de girar mis ojos.
-¡ES MUY GUAPO TÍA!-A Sabela le brillaban los ojos mientras miraba su foto
-¿Es gay o bi o algo?-Preguntaba Jesús
-Mejor bi, así Jesús y yo podamos compartirlo.
Es que ya era lo que nos faltaba. Mis dos compañeros de piso también chorreaban con el muchacho.
Esos días yo creía que me quería morir. TODOS chorreando con él. No puedo más. Esa era la frase que más invadía mis ocultos pensamientos.
-No sé por qué me decís que es guapo. Sí, lo es. Y prepotente y gilipollas. Es Xoel 2.0. Si os lo queréis tirar, allá vosotros, es todo vuestro.
-Me pareció muy raro que insistiera en hablarte tanto aún sabiendo que tú no querías hablar con él.-Sabela se colocaba en la cama para sentarse y cruzar las piernas, ya que antes estaba acostada-Yo creo que le gustas.
-No te flipes, Sabela. Repito, es Xoel 2.0. Acabará por hacerme lo mismo que él.
-¿Qué te hizo el tal Xoel ese para que lo odies tanto?-Jesús arqueaba una ceja
-¿Que qué me hizo? Burlarse de mí toda la vida y decir que soy “autista”, gorda, fea, etc.
-¿Tú crees que ese vendrá con las mismas intenciones?
-Jesús, la gente extrovertida trata a la introvertida como la santa mierda. Como no tenemos el mismo afán de popularidad e interés en llamar la atención, nos tildan de raritos y se burlan de nosotros. Cada uno es peor que el anterior. Me fío entre cero y nada del Lucas este.
-No creo que sea como Xoel, tía…-Decía Sabela con los brazos cruzados
-Repito, la gente extrovertida es una farsa. Una sonrisa por encima de una actitud vil. Xoel y Karen me lo han demostrado y este hombre tarde o temprano también lo hará-Miré al frente-Pero se lo hará a mis compañeros, porque yo no pienso caer…
Sabela y Jesús bajaron la cabeza. Conozco esa actitud. Es la típica de cuando sabes que no puedes convencer a alguien porque tiene los argumentos claros como el agua. Así me gusta, chicos. Así me gusta…
De pronto, oímos unas voces. Dos chicos hablando. Conocía una voz. Sabela también la conocía. No nos gustaba esa voz. Ni tan siquiera un poco…
Nos miramos, ante la expectación de incertidumbre de Jesús, desde luego.
-Hablando del rey de Roma, tía…
Era Xoel.
Nuestro vecino… Era… Xoel.
-MIERDA-Elevé mi tono de voz como no lo había hecho en mi vida.
No debí de haber gritado así.
¿Por qué?
PORQUE ME OYÓ
Pasaron un par de segundos y oí el timbre. Pasó Jesús a abrir. Sabela y yo nos quedamos en la habitación, nada más que escuchando la puerta y demás. Oímos la voz de Xoel
-¿Está Fátima en casa?
NO
No
Ahí iba, a llamarme autista y reírse en mi cara otra vez.
Sabela me miró arqueando las cejas. Yo le devolví una mirada insegura, diciéndole no verbalmente que se quedara conmigo, pero ella no pareció interpretar eso. O más bien estaba tan cagada como yo.
-Bueno… Yo me voy
Al momento, se escabulló de la habitación.
Sabela, qué gran amiga eres, lo menos que pudiste hacer era protegerme.
Cerré la puerta. Tenía miedo, mucho miedo. Xoel petó al momento.
-Si crees que te voy a abrir, estás muy equivocado, nene
-Venga, ¿no vas a saludar a tu querido compañero de toda la vida?
¿Querido? ¿QUERIDO? ¿Este gilipollas es consciente de toda la mierda que me hizo?
Le abrí la puerta, pero sólo para decirle lo siguiente.
-Vete.
-¿Por qué?
Me reí irónicamente. No puede ser. ¿Tiene alzheimer o algo? Era incapaz de entender por qué demonios se comportaba conmigo como si no hubiese jodido mi salud mental durante años.
-Porque, según tú, soy UNA AUTISTA y una NIÑA CON PROBLEMAS MENTALES que no quiere estar con nadie. Así que abur. Si quieres que sea mala, lo voy a ser, y mucho.
-Si, escucha… Venía a hablarte de eso.
Espera, ¿qué? ¿Qué cojones?
Había hablado con tono serio y no de burla.
Me decía que quería hablar.
¿Esto era una trampa? ¿Una simulación?
No pude evitarlo. Le di la oportunidad. Cerré la puerta tras de él y lo miré, de brazos cruzados y levantando las cejas. Necesitaba entender lo que estaba pasando, así que le di el beneficio de la duda.
-Adelante, siéntate en la silla del escritorio.
Xoel se sentó. Me miró expectante. Yo crucé las piernas y los brazos. Tenía un semblante serio y de duda al mismo tiempo. No sabía qué esperarme.
-A ver, dime
-En primer lugar, me alegro de ser tu vecino, honestamente
-Genial, porque yo hasta hace un rato no lo hacía
-Si, lo comprendo…-Se acomodó un mechón de su cabello mientras miraba para el suelo- En segundo lugar… Te quería pedir perdón
PERDÓN
PERDÓN
Esas palabras habían salido de su boca. Concretamente “te quería pedir perdón”
“Fátima, te quiero pedir perdón” o “Siento todo lo que te hice” eran otras de mis dos opciones de cuando se nos volviera noble el niño.
Pero, hasta ese momento, me parecía imposible.
No lo asimilaba. Es que no podía. Ni por asomo.
-¿Perdón?
-Si… Sé que todos estos años fui un capullo contigo y todas esas caralladas, pero después de lo que pasó en la graduación...
-¿El qué? ¿La paliza que te di porque te la tenías merecida?-Me crucé de brazos, sonriendo irónica.
-Si. Eso. Ahí comprendí que me la merecía
Wow… Ahora sí que noto que mis años han mejorado
-Espérate, Xoel, echa el freno…-Puse mis pulgares entre mis ojos, en el punto intermedio de la nariz, tratando de entender qué narices estaba pasando- ¿Esto lo dices enserio? ¿Cómo es siquiera posible? Siempre te la sudó la polla mi salud mental
-Era un crío, no sabía lo que hacía.
Venga ya, habían pasado cuatro meses de la última vez. Quién deja de comportarse como un crío de la noche a la mañana. De verdad que no sabía que pensar.
-Xoel, fueron AÑOS de tortura. AÑOS
-Lo sé, lo sé… Pero mira, sé que no eres autista. Sé que no eres retrasada. Mírate, estás en una carrera con mucho mérito y has sacado una notaza en selectividad. Y eres mucho más madura de lo que yo o mis amigos algún día fuimos o seremos. Pero en el instituto se prioriza la popularidad por encima de la madurez… Y que la gente sea sociable y tal
-Me alegro que hayas sido capaz de ver todo eso tú solito. Pero debiste de entender siempre que una persona, por ser introvertida o callada, no es autista. El autismo va mucho más lejos que todo eso. Y el hecho de que usaras un trastorno mental en mi contra sólo porque soy tímida me hizo y siempre me hará mucho daño.
-Lo sé… Lo siento mucho, Fa. Ahora que somos vecinos creo que deberíamos llevarnos mejor, ¿no?
-Desde luego. Deberíamos llevarnos mejor. Y todo empieza desde dejar de insultarme o reírte de mí.
-Tiene razón. No lo volveré a hacer
Me sentía tranquila. Le creía. Todo el mundo merece una segunda oportunidad por muy malos que hayan sido contigo. La gente cambia y madura.
Nos dimos un apretón de manos, asegurando que habíamos firmado la paz. Estuvo un rato conmigo en la habitación viendo la televisión antes de la hora de cenar. En caso de que dudéis, Sabela flipó un rato.
A la hora de cenar le acompañé a la puerta. No me creía todo lo que me había pasado con él durante la tarde.
-Ya empiezo a oler los macarrones con queso de mis amigos…-Hacía un gesto de husmear- ¡Tienen pintaza!
-Me invitarás, ¿no?-Sonreía yo
-¡Obviamente!
Se dio la vuelta, pero luego se volvió a girar hacia mí
-Oye, Fátima… Yo jodí tu vida, ¿no?
-Si…
-Lo sé… Pensé en eso todo el verano. Estuve a punto de suicidarme
…
Mi mente fue eso durante un lapsus largo de tiempo
Qué demonios acababa de oír.
Comentarios
Publicar un comentario