OCTUBRE 2013: PARTE 1 DE 6 (6 de Octubre)
Era domingo por la mañana y estaba en casa. Afortunadamente, no tendría que volver a Coruña hasta la tarde, que sería cuando mi padre me podría llevar.
Estaba en mi habitación viendo El Asombroso Mundo de Gumball. Si, yo a mis 18 años de edad amaba tanto Gumball como Hora de Aventuras. Bueno, no era la única. Tanto Sabela como yo lo amábamos. Era nuestra religión en primero de carrera, siempre lo veíamos a la hora de comer. Y de hecho, nos sigue encantando. En aquel entonces las primeras temporadas se centraban más en dar hechos divertidos con un enfoque más infantil, ahora sigue centrándose en ese enfoque pero critica a la sociedad actual y es una sátira. Como un Los Simpson versión infantil. Y, naturalmente, a mí eso me encanta.
Estaba viendo la serie mientras tomaba yogur con cereales de leche (mi tándem favorito a las 10 de la mañana) hasta que de repente me pareció oír llantos en la cocina. Al parecer la que lloraba era Candela, mi hermana. También oía, de manera muy distorsionada, los gritos nerviosos de mi padre.
Vista la situación de mi hermana el griterío no pintaba bien. Tenía mucho miedo por lo que pudiera estar pasando, así que me levanté y me dirigí a la cocina. Efectivamente, ella lloraba en un rincón mientras mi madre la miraba con mirada impotente
-¡No puedes seguir haciéndote esto, Candela!-La voz de mi madre sonaba tan rota como su alma.
-¡Mamá, tú no lo entiendes!-Candela lloraba con mucha fuerza- Sabes que no puedo seguir viviendo mi vida bajo presión…
-¿Presión de qué tipo?-La voz rasgada de mi padre se notaba más fuerte y dolorosa con sus enormes gritos- ¿Vas a alimentarte de laxantes toda tu vida? ¿Vas a seguir rehusándote a comer una mísera sopa?
-Candela, no entiendes que esto nos duele más a nosotros que a ti…-Mi madre parecía querer llorar- Que eres nuestra hija más pequeña, que nos morimos si te pasa algo…
-¿Y esto?-Mi padre mostró una serie de imágenes en el móvil de mi hermana- ¿Qué significa esto para ti?
Tras ver esas imágenes, Candela intensificó sus llantos.
-PAPÁ, SUELTA MI MÓVIL YA
Estaba muy sorprendida con todo lo que estaba pasando. Es decir, sabía que mi hermana estaba teniendo muchísimos complejos, pero no que se lo estaba tomando tan en serio. Miré las fotos desde lejos. Eran fotos de ella desnuda subidas a Instagram. Desde lejos, pude detectar el peligro… Ya no sólo estaba exponiendo su cuerpo a un público entre los cuales se encontraban pederastas y auténticos pervertidos… Si no que además estaba excesiva y gravemente delgada.
De pronto, me acordé de lo que me dijo mi madre aquella noche después de mi graduación. Mi hermana se había aislado tanto del mundo que no fuimos conscientes de todos los problemas que había estado teniendo aquel verano. Mi madre aquella noche me dijo que el médico nos había dicho que probablemente Candela hubiese desarrollado algún trastorno alimenticio. Y efectivamente, el médico tenía razón…
Mi hermana pequeña de 14 años había desarrollado por completo una anorexia
Mi madre le bajó el móvil a mi padre
-Juan Andrés, baja el móvil, la situación ya es bastante tensa…-Se trató de relajar y le cogió la cara a Candela cariñosamente- Cariño… No puedes forzarte a ser delgada de forma tan exagerada… Estás dañando tu metabolismo…
-¡Mamá, no lo entiendes! Mis amigas me dicen constantemente que debería bajar de peso, que doy vergüenza delante de ellas porque no cumplo con el peso exigido de los cánones de belleza. Los chicos miran a todas las de mi grupo menos a mí… En Educación Física me hacen correr más porque insisten en que debo bajar de peso… Esta es la única forma de complacerlos.
No me podía creer todo lo que estaba oyendo. Mi hermana se estaba rebajando a mujeres que tienen cero sororidad o conciencia por la situación de las otras mujeres, a los hombres que son los últimos que deberían opinar sobre nosotras y nuestro físico, y a una asignatura que está fatal gestionada y que sólo ha generado que aumente el buying un 90%. En conclusión, mi hermana se estaba rebajando a una sociedad corrupta y a unos inalcanzables estándares de belleza.
Quería ir a ayudar, pero la situación era ya tan tensa que tenía miedo de ponerla incluso peor.
Candela sacó acto seguido una serie de revistas de encima de los cajones de la cocina.
-Mirad a las modelos de Victoria’s Secret. Mirad a las Kardashians. Mirad a todas estas mujeres que tienen estos impecables cuerpos. ¿Es mucho pedir ser así? ¡Yo sólo quiero ser así de feliz!
-¿Enserio crees que reduciendo así tu dieta y aumentando tus horas de ejercicio de forma innecesaria vas a ser feliz?-Replicó mi madre- ¡Sólo te haces daño a ti misma!
-¡NO LO ENTIENDES, MAMÁ! Y NUNCA LO VAS A ENTENDER
Mis padres se miraron. Pude detectar en sus ojos que le estaban ocultando algo a mi hermana
-¿Se lo decimos…?-Mi padre arqueaba una ceja.
-Si… Creo que ahora es el momento…
-¿Qué…? ¿Decirme qué…?-Candela se alejó de ellos lentamente con temerosos ojos
-Hija mía…-Añadió mi madre tras suspirar- Hablé con el médico estos días, y está confirmado…
-Candela, tienes anorexia. Y tenemos que ayudarte a salir de ella
Candela sollozó aún más, abriendo los ojos como platos
-¡NO! ESTA ES MI VIDA, Y YO LA VOY A CONTROLAR HASTA QUE DEJE DE SUBIR DE PESO
Sin decir nada más, Candela salió a correr por la cocina, llorando, mientras mis padres miraban para ella llorando también.
No lo pude evitar. Me tenía que meter. No podía dejar que mi hermana se hiciera daño de esa forma, así que le agarré el brazo.
-Escucha, Candela, tienen razón…
-¿Y POR QUÉ TE METES? A TI NO TE IMPORTA MI VIDA
-Claro que me importa, pero tú nunca me has contado nada que te haga daño y sabes que me tienes para lo que quieras. Tienes que dejar que te ayude…
Mi hermana se soltó su brazo bruscamente de mis manos, mirándome de forma amenazante.
-Tú me entiendes menos que ellos
-Candela, no eres consciente de la gravedad de tu situación…
-¡DÉJAME EN PAZ, NADIE TE PREGUNTÓ!
Siguió corriendo hasta entrar en su habitación y cerrar la puerta de un portazo. No podía evitarlo; mis ojos empezaban a mostrarse llorosos ante la incertidumbre de la salud de mi hermana. Lo único que se me ocurrió es acercarme a la cocina y abrazar a mis padres en un abrazo conjunto. Ellos también estaban llorando.
-Fátima, tu hermana necesita mucha ayuda…-Mi madre me besó la cabeza- No sabemos qué más hacer.
-Tengo mucho miedo de que se muera o de que esto vaya a peor…
Mi madre me soltó y me sujetó la cara con ambas manos
-No lo vamos a permitir. Habremos de asegurarnos de que salga bien parada de esto. Yo lo último que quiero también es que Candela termine herida por su propia autoestima
-La gente es muy cruel…-Gemí-El daño que le están haciendo los comentarios…
Lloré con más fuerza y volví a abrazar a mi madre. Si, en ese momento me veía a mí misma reflejada en un espejo. A mi pasado. A mi adolescencia. Pero desde otra perspectiva.
Mi hermana pequeña estaba haciéndose daño por el mismo estilo de comentarios que por los que estaba sufriendo también yo. Mientras los de ella tenían que ver con el físico, los míos tenían que ver con mi introversión. Sólo éramos dos figuras inocentes afectadas por una sociedad corrupta y exigente con el qué dirán.
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