2 de 6: 8 de Enero

Iba tranquilamente a imprimir una serie de cosas a la fotocopiadora. Luego, quedaría en el centro con Sabela e Iraila para comer, para después seguir estudiando en el Centro Universitario de Riazor.


Iba escuchando “XO” de Beyoncé. Bueno, mejor dicho, iba escuchando todo el disco. Una de las mayores joyas de la artista, quien en mi opinión siempre se supera. Aunque cuando sacó “Lemonade”, el mundo literalmente se paró. Menuda joyita de disco, lo digo completamente en serio.


Fui andando hasta la Plaza de Pontevedra. Pero frente al puente de la Ronda de Nelle, me encontré una desagradable sorpresa yendo en la dirección opuesta a mí.


Mierda… Lucas.


Me quise cambiar de acera en ese momento. Pero él me vio antes de que lo pensara mejor.


-¿Fátima?


Lo único que hice fue esconderme con la capucha de la chaqueta y seguir caminando con más rapidez de la que iba, subiéndole exageradamente el volumen a la música. Pasé enfrente de él, haciendo como que miraba el móvil. Él me vio y echó un ojo a mi móvil también. Se quedó parado, mientras yo seguía avanzando a una velocidad gigantesca en comparación con la suya. En cuanto vi que se había parado y que se acercaba a mí, sólo se me ocurrió ocultarme y temblar.


Se puso cerca de mí. Pude notar su sonrisa cuando lo tuve cerca


-¿Ya te has escuchado BEYONCÉ?


Me giré. Tenemos mucho que hablar y lo que se le ocurre es mencionar que estaba escuchando a Beyoncé. (Aunque que conste que fue él quien me recomendó escucharme el disco y aunque era fan de ella, me hice el doble de fan gracias a él)


-Me gusta bastante el disco. El hecho de que esté dejando un poco más la faceta más pop para meterse en el mundo de la música R&B experimental y elegante es algo que me apasiona.


Update: Cuando escuchó Lemonade en 2016, hizo una crítica en Instagram diciendo literalmente que había llorado. Él, fan de la Bey más radical que yo incluso.


-Mi canción favorita del disco es “Mine”. No sólo por el sonido, es que sinceramente también todo lo que haga Drake o sea con Drake hace que me corra.


Me giré, mirándole con el labio superior arqueado y las cejas levantadas


En cuanto le miré a la cara, noté como me sonreía. La misma sonrisa que tenía cuando trabajábamos. La que tenía cuando intentó ser amable conmigo aquel día de Septiembre. La misma sonrisa que tenía en el aeropuerto cuando le dije que estaba enamorada de él. No podía entender como, después de lo que había pasado, podía seguir igual conmigo. Aunque fue culpa suya; igual no debiera sorprenderme del todo. Hombres…


Me quedé mirando para él, dándole a entender que su actitud no estaba teniendo ningún sentido.


-¿Cómo has estado?


-¿No tienes algo que explicarme?


-Eh…


-Si, por mucha sonrisita que me pongas, no voy a ignorar el hecho de que rompiste mi corazón en añicos.


Me di la vuelta y seguí mi camino. Lucas me empezó a seguir. De la misma manera de la que me seguía cuando nos conocimos. Aquí empezamos de nuevo con la historia.


Se puso a mi lado, sin respetar mi espacio. Esta vez no estaba sonriendo. Se mostraba cortante e impotente, clavando sus ojos en mí como dos dagas afiladas.


-No sé quién empezó a romperle el corazón a quién


-Chaval, que corra un poco el aire


-¿Estás volviendo a ser borde conmigo, Fátima? ¿Enserio?


Sí, estábamos de vuelta con la historia. Pero yo otra cosa no podía hacer.


-Lucas, te liaste con mi PEOR ENEMIGA después de decirme que te había hecho el hombre más feliz del mundo.


-Mira, Fa, eso es lo que te quería explicar en el aeropuerto, yo…


-Pero es que eso no es lo que más me duele, ¿sabes?-Sentí que quería llorar otra vez. Hablar de este tema me ponía muy enferma-Lo que me duele es que te haya contado la BASURA de persona que es Karen y tú aún así fueras su lameculos, por muchos sentimientos que tuvieras por mí


-¿Qué quieres decir?


-¿Tú crees que dejé escapar el hecho de que le plantaras un beso en la mejilla cuando hace minutos me lo habías plantado a mí? ¿Pero de qué vas, Lucas?


-Eh…


-Ya no sabes qué decir, ¿verdad?-Me di la vuelta-Me lo suponía. Eres un mentiroso, y punto


Me sentía muy a gusto. Como si hubiera vomitado todo lo que tenía acumulado de haber bebido la noche anterior.


Seguí caminando. Pero él no parecía darse por vencido. Me tocó el hombro, y a mí sólo se me ocurrió soltar un suspiro fuerte y de enfado antes de girarme.


-¿QUÉ?-Chillé, dándome la vuelta


-Mira, tienes razón. Me acosté con ella desde que la conocí en Septiembre. Ella me ponía muchísimo, me parecía guapísima y muy guay, y el hecho de que me hiciera caso subía mi autoestima


Me reí de forma irónica.


-Vamos a ver, me estás diciendo que jugaste con Karen para subir tu ego. ¿Y pretendes que te tome en serio, nene?


-Sí… Lo admito. Jugué con Karen sin ser consciente de ello. Sólo me di cuenta de que Karen no me gustaba de verdad cuando apareciste tú


-¿Pero entonces por qué narices seguiste detrás de ella?


-Mira, yo dejé de acostarme con ella la última semana de Noviembre, aquella noche en la que leíamos juntos y yo me di cuenta de que me gustabas. ¿Te acuerdas? Pero seguí aparentando que me gustaba dándole excusas para no follar. Cuando me rechazaste, me volví a liar con ella para llenar mi vacío. Pero mientras me acostaba con ella… No podía parar de pensar en ti.


-O sea, que seguiste jugando con ella…


-Sí… Y lo admito. No estuve bien.


-Digo yo, my friend, ¿por qué no le dijiste a Karen la verdad cuando te diste cuenta de que yo te gustaba? Te burlaste de mí y te burlaste de ella.


-¿Quieres que te diga la verdad?


-Adelante


Soltó un fuerte suspiro. Pareciera que lo que fuera a contar en ese instante era algo que le salía del corazón. Giré la cabeza, pensando que todo esto fuera a terminar de una forma que no esperaba.


-Sabía la rivalidad que teníais. Tenía miedo de que, si le decía que me gustabas, te hiciese daño. Quería que la Universidad te finalizase los problemas, no que te los aumentase, y menos por culpa de ella.


Abrí los ojos como platos. Lucas, una vez más, me había salvado la vida. En esos instantes, quise llorar. La consciencia que tenía por toda mi situación y el hecho de que él hubiera vivido lo mismo era lo que más nos unía, y me puse a pensar en eso mientras lo miraba. Doblé los labios mientras dejaba que las lágrimas cayeran en mi boca.


Él pudo percibir mi tristeza, me miró a los ojos y agarró mis manos, sonriéndome compasivamente.


-No me irás a llorar, ¿verdad?


-No me puedo creer que hayas hecho todo esto por mí.-Me sequé las lágrimas con mis mangas-Perdóname si te he juzgado demasiado antes sin tan siquiera escucharte


Lucas se acercó cada vez más a mí, agarró mis manos con más fuerza y las besó. Me quedé mirando al suelo, avergonzada. Él buscó mi mirada y me agarró la barbilla.


-Lo hice porque yo también estoy enamorado de ti, Fa.


Mis lágrimas se intensificaron. Él me cogió suavemente la cara y me besó. Volví a sentir los fuegos artificiales, pero una vez más, psicológicamente. Era un beso de reconciliación, y eso era lo que hacía que fuera tan especial para mí. También, el hecho de haberlo prejuzgado me hacía sentir miserable, pero mientras en ese momento estuviera en sus brazos, no me importaba nada más.


Después de besarnos, me miró fijamente a los ojos, siguió sosteniendo mis manos, y me volvió a sonreír


-Ahora, por favor, dime cómo has estado.


-Preocupada. No sé si te has enterado, pero Calixto es un farsante. No es catedrático, ni tampoco docente. Es sólo un señor que se hace pasar como tal para violar a mujeres.


La cara de Lucas fue de shock. Lo comprendo, así me quedara yo también el día anterior. Se quedó un rato callado.


Le chasqueé los dedos frente a sus ojos, mientras él se limitó a parpadear de forma repetida.


-¿Hola…? Tierra llamando a Lucas. ¿Estás ahí o qué?


-Pero… ¿No habéis siquiera tomado ninguna medida todavía?


-Hemos presentado una denuncia a la comisaría ayer, y el comisario nos ha explicado todo al respecto. Iremos a hablar con el decanato el viernes, después del primer examen.


Lucas se quedó callado, mirando a los alrededores, mientras no soltaba mis manos. Yo le miré con la misma cara. Acto seguido, él miró hacia mí, haciendo un contacto visual fijo conmigo.


-Te acompañaré yo, ¿de acuerdo? Quiero estar contigo en esto.


Le abracé la cintura, lo cual él me devolvió abrazando con fuerza mi espalda también. Me volvía a sentir más querida que nunca.

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