4 de 6: 14 de Noviembre

¿Os acordáis cuando mi querido profesor catedrático me violó? Pues no os creáis que ese drama se quedó pendiendo de un hilo.


Teníamos la entrega para el día antes del examen. Pero después de lo que había pasado no teníamos ganas de seguir trabajando en ella. Habíamos quedado de acuerdo en que no íbamos a trabajar con él a menos que nos dijeran que no habría posibilidad de que me pudieran correr convocatoria pero cambiaran al profesor para el próximo año, que yo no pensaba aprobarle a un abusador. Sin embargo, esperábamos que el decanato tuviese sensibilidad con ese tema y pudiesen darnos un pase.


Pues bien… A eso vamos ahora.


Lucas y yo habíamos decidido ir después de clase a hablar con el decanato. Yo estaba muy nerviosa, recuerdo haber tenido un ataque de ansiedad


-Fa, tranquila, seguro que sale todo bien-Me calmaba Lucas, tocándome la espalda


-No es ese el problema. No sé cómo voy a decirle al decanato que un catedrático, ojo, UN CATEDRÁTICO, prácticamente el único que tienen en esta universidad, me ha violado. Es que es una reputación muy mala la que se llevará después de esto


-¿Y no crees que será mejor que un violador se lleve una mala reputación?


-¡No me refiero a Calixto, me refiero a la Universidad! No quiero que la UDC acabe en la mierda por culpa de este imbécil


-Lo justo es que lo echen. En cuanto lo hagan, no volveremos a verle el careto nunca más y nadie se acordará de esto


-Sí, puede que tengas razón…-Dije sonriendo.


Puse las manos en los bolsillos. Me quedé mirando a Lucas y a su mirada de complicidad y protección que era capaz de ofrecerme siempre. Una mirada que me decía que todo iba a salir bien. Rara vez sentía algo así.


Llegamos al decanato. No había cola. Mejor para nosotros. Le eché una mirada furtiva a Lucas antes de mirar al decanato


-Todo saldrá bien.-Me miró, agarrando mis hombros-Ánimo.


-Ven conmigo


-¿Eh?


-No puedo hacer esto sin ti. Por favor, acompáñame. Tengo mucho miedo por lo que pueda pasar.


-Es… Está bien-Yo me giré y él me tocó la espalda, en dirección al decanato-Vamos.


Nos acercamos al decano. Estaba bastante centrado mirando una serie de papeles y poniéndoles post-its. El decano tenía una barba blanca, una camisa de cuadros que podría llevar cualquier persona de Ciudadanos y una pinta de que le olía a polla desde metros, o esa fue la primera impresión que me dio cuando lo vi el día de la presentación. Quedaos con esto, es importante.


Me puse frente a él y me miró de reojo, con una seriedad muy cortante. Me había parecido más majo en la presentación, de todas maneras.


-¿En qué puedo ayudarte?


-Si, escucha… Quería denunciar un acto de un profesor


Mantuvo su mirada cortante. No parecía muy interesado en el tema


-¿Si? ¿El qué?


-Resulta que he sufrido acoso sexual por su parte.


-Vale, muy bien, ¿y qué más?-Siguió manteniendo su mirada de reojo.


-Es Calixto. Juan Calixto Gago. Da Geología, y creo que también asignaturas de tercero y cuarto.


Su mirada de desinterés no me daba nada de confianza. Algo me decía que no iba a hacer nada y que mi denuncia iba a ser en vano. Miré a Lucas. Él notaba lo mismo que yo


-Ah, Calixto… Sí, sabemos que hace eso. ¿Y qué?


¿PERDONA?


No me podía creer lo que estaba haciendo. Estaba ignorando el mero hecho de que una alumna estuviese siendo violada por un profesor. Claro, cómo no, como era el catedrático, a quién le importaba. Y como era un hombre, tampoco importaba. ¿Sabéis que pasó dos años después? Expulsaron a una profesora PRECIOSA e INCREÍBLE por quejas de alumnos de que entregaba los exámenes corregidos un mes después, cosa que hacen muchos profesores. Y la echaron. Pero a este le querían dar un pase. Para que luego digáis que no hay machismo en el mundo educativo y laboral.


Miré al decano con el ceño fruncido.


-¡Perdona! Estoy hablando de que me ha violado. Por dios, no podéis dejar escapar eso…


-Señorita, hay violaciones en todas partes, no vamos a fastidiar la carrera catedrática de nadie por eso


Solté una risa irónica. No puede ser.


-O sea, que es mucho más importante la carrera de un rico con prestigio antes que el bienestar de una alumna víctima de un abuso. Perdone, señor decano, pero usted se va a acordar de mi nombre


-Es que no sé qué quieres que haga…


-Lo que queremos es que le echéis de la facultad y que a mí me deis oportunidad de correr convocatoria inmediata para el año que viene. No voy a aprobar una asignatura tutelada por un hombre que ha abusado de mí sexualmente. Mi condición de mujer va por encima.


-¡Ah! No, no, no. Nosotros no corremos convocatoria de ningún tipo. No haces la asignatura, suspendes. Y no lo vamos a mandar a ninguna parte. Si tú quieres seguir sin presentarte a la asignatura hasta cuarto de carrera y así arriesgarte a que te echemos de la facultad pues ya es cosa tuya. Nosotros los feminismos no los tragamos.


Me eché las manos a la cabeza. Miré a Lucas, para que me salvase del aprieto por el cual estaba pasando o me defendiese. Él, por supuesto, lo hizo


-Escucha, yo voy con ella en el trabajo de Geología y quiero negarme a hacer la asignatura. Yo soy hombre, y espero que por lo menos me puedas escuchar a mí si no vas a escuchar a una mujer. Soy estudiante de intercambio y también quiero convalidar, a poder ser.


Vale, lo último que esperaba era que Lucas fuera a dejar no sólo el trabajo, si no la ASIGNATURA ENTERA, por mí. Le miré con los ojos brillando.


-Chico, eres un estudiante de Sicue, ráscate los huevos y ya habrás aprobado. No te voy a convalidar nada que no tenga que ver contigo, jovencito.


Volví a reír irónica, mientras ponía otra cara de sorpresa que mostraba mi boca abierta de par en par.


-PERDONA. Esto que estás diciendo y haciendo es una vergüenza. Sois una vergüenza, la universidad es una estafa y vuestra gestión aún más. Cómo se nota que sólo queréis forraros con mi segunda matrícula-Co del brazo a Lucas y desapare de la vista del decano-Buenas tardes.


Nos marchamos de allí mientras el decano seguía mirando de reojo hacia nosotros. No miré atrás. Lucas me miraba de reojo también. Yo le devolví la mirada, y disminuí mi enfado cuando mis ojos se cruzaron con los suyos.


-Gracias…-Dije entrecortada, bajando la cabeza.


-Es lo menos que podía hacer por ti.


Volví a sonrojarme, pero traté de disimularlo mirando al frente una vez más.


-Vámonos a casa…


No nos dijimos nada en lo que quedaba de viaje hasta la parada de autobús. Pero la pesadilla no acababa ahí.


Montamos en el autobús y venía con nosotros gente de Arquitectura, Filología y Química. Detrás, gente de esas carreras estaba mencionando comentarios como: “Oye, ¿os habéis enterado que una tía de Biología se lió con su profesor?”, “Me acabo de enterar de que una chica buscó un aprobado fácil a causa de un chupado de polla” o “Una chica se lió con un profesor y luego con un tío de nuestra facultad, ¡eso es vivir la vida universitaria a lo grande!”. Lucas y yo nos miramos. La situación era tensa, pero no pensamos que se tratara de mí. Pensamos que habría suficientes mujeres en la carrera y suficientes profesores con los que acostarse. Además, lo mío era abuso sexual y no había estado consentido. Pensamos que aquello sí.


Pero todo fue peor cuando recibí un mensaje en el móvil. El mensaje era de Sabela, y en él, ponía lo siguiente:


-Tía

-Hoy mis amigas hablaron de una chica de Biología que se acostó con su profesor

-Y con un chico de Arquitectura que viene de Canarias, que sospecho que será Yeray.

-¿Eres tú?

-¿Por qué no me dijiste que te habías acostado con un profesor?


Se me quedó cara de póker. Ya no sólo me sorprendía el hecho de que mi mejor amiga pensara que había tenido rollo consentido con un profesor después de que le contara lo del abuso y no pensase que podría tener algo que ver con eso. Si no que además acababa de darme cuenta de que mi secreto había salido de las cuatro paredes que me rodeaban y había sido disfrazado por completo sin saber cómo, cuando, ni tan siquiera quien lo habría difundido.


Lucas pudo percibir mi expresión de suma sorpresa al instante.


-¿Qué pasa, Fa?


Sin omitir palabra de mi cerrada boca, le enseñé el mensaje a Lucas. Él se quedó mirando para dicho mensaje y se quedó con la misma cara de póker.


Lo peor llegó cuando, en el Campus de Elviña, la gente del resto de Universidades entró dentro del autobús y escuchamos las siguientes palabras por parte de dos chicos que se sentaron en los asientos de enfrente. Uno tenía el pelo verde y el otro vestía como un cayetano, con camisa de rayas y reloj de Lotus.


-Flipas, tronco, a mí me lo contó Xoel, uno que hace Economía que es amigo mío-Mencionaba el chico de pelo verde


Adivinad de qué Xoel hablaba… Si. Ese Xoel.


-Ah, ¿Xoel? ¿El de Muxía? A mí también me lo contó.-Decía el chico aparentemente rico.


-A mí me dijo que le sorprendió enterarse, puesto a que era una chavala muy rarita


-Pues lo de ser rarito se le quita a todos, especialmente si te tragas el semen de tu profesor


-¿SE TRAGÓ SU SEMEN?


-Si, a mí Xoel me contó eso.


No me lo podía creer. Era una completa pesadilla. Xoel. Le di una oportunidad. Le ofrecí ser mi amigo a pesar de toda la mierda. Él mostró arrepentimiento. Pues no estaba arrepentido. Decidió volver a hacerme daño. Volver a hacerme la vida imposible. Yo le di una segunda oportunidad y ya veis como me lo pagó. Haciéndome esto. Inventándose semejante mierda por lo que yo había pasado. Era una pesadilla… Una auténtica pesadilla. Otra vez había confiado… Y una vez más… Me habían fallado.


Miré otro mensaje. Era de María. Lo miré, a regañadientes


-¿Sabías que una chica de nuestra facultad se acostó con un profesor?


Aturdida, me eché las manos a la cabeza y me puse a llorar, intentando evitar las miradas de la gente. Incluso de Lucas, que en ese momento parecía ser el único que quisiera apoyarme.

Comentarios

Entradas populares de este blog

EL BOTO: CAPÍTULO 14

EL BOTO: CAPÍTULO 15

EL BOTO: CAPÍTULO 1