6 de 6: 27 de Noviembre

Era un miércoles como cualquier otro. Ese día tenía partido de basket en la cancha de la Universidad y había invitado a Lucas a verme. Era a las 7, así que después a la noche cenaría en su casa. Iba a preparar pasta carbonara y yo estaba a tope con la idea.


En cuanto salí de la cancha, fuimos juntos a coger el autobús de la UDC como siempre, para ir hasta su casa. Íbamos muy tranquilos en el autobús, y yo en ese momento sólo sentía felicidad y no era capaz de pensar en otra cosa. Cuando tenía cerca a Lucas, mi estado era de completo éxtasis y alegría. Era algo que muy difícilmente había sentido por alguien previamente.


Poco tiempo después, estábamos sobre las 10 de la noche en su casa, cenando la pasta carbonara que él había hecho.


-¿Te está gustando?-Me preguntó sonriéndome.


-Si… Está buenísima. Lucas, una vez más te has superado.


Soltó una suave y agradable risa, que resultó ser miel para mis oídos. Después, se llevó otro bocado de pasta a la boca.


-¿Sabes? Me gustó la habilidad que tuviste hoy con el balón. Tenías la canasta muy a tu alcance y supiste aprovechar eso a tu favor.


-¿Si? ¿Te ha gustado cómo he jugado hoy?


-Por supuesto. Se te da muy bien el basket, para ser honestos.


Le miré, sonriendo. Acto seguido, también me llevé otro montón de macarrones a la boca y volví a levantar mi cabeza hasta clavar mis ojos sobre él una vez más. Juro que a cada vez que lo miraba, más guapo me parecía.


-¿A ti te gusta algún deporte?


-Pues me gusta ver fútbol. Pero en cuanto a jugar… No hay ninguno que me entusiasme al completo.


-El fútbol, mi amado rival…


Volvió a reír suavemente, bendiciendo una vez más mis débiles oídos. Se quedó un rato callado y me miró poco después


-Creo que hay cosas de nosotros que no conocemos. Deberíamos de conocernos más.


-¿Sugieres una entrevista?


-Si, algo así.


Solté una sonrisa pilla.


-Vale, empieza tú


-¿Quién es tu cantante favorito?


-No lo conoces, pero te lo voy a decir. Es Frank Ocean


-¿FRANK OCEAN? ¡DIOS BENDIGA A FRANK OCEAN!


QUE. CONOCÍA A FRANK OCEAN.


Creo que eso era lo último que esperaba de aquella noche.


Abrí mis ojos de par en par, aún alucinando.


-¡UN MOMENTO! ¿A ti te gusta?


-¡Claro! Channel Orange es un disco impresionante


-¿Y la producción de Pharrell?-Imité un “chef kiss”-Cremita


Nos empezamos a reír y chocamos nuestras manos al momento. Daba gusto saber que estábamos de acuerdo en algo.


-¿Y tu cantante favorito quién es?-Pregunté, aún devorando la pasta cuando él ya la había acabado


-Justin Timberlake


-Uy, ahí me pillas. No me cae del todo bien


-¿Por?


-Yo soy team Britney Spears


-¡Venga ya! ¿Ya estamos con la competencia? ¡Pasaron 10 años ya, por dios!


Nos volvimos a reír. Ahí sí que no estábamos de acuerdo. Pero hasta eso nos hacía gracia. Reírnos de estar en desacuerdo nos hacía sentirnos muy acomodo el uno con el otro.


-Y otra cosa. ¿Te gusta leer?


-No… Creo que no leo desde la Secundaria


Nunca falla. Últimamente nadie lee ni le apetece hacerlo. Y a mí personalmente me da mucha rabia. No sabéis lo que siempre fue para mí escribir una historia y no poder tener lectores entre mi gente cercana porque a la gente no le apetece ni tocarlos. Se quedan en plan “mucho texto”. Las redes sociales y el sistema educativo han hecho un daño impresionante.


Arqueé las cejas, aunque no debí ni siquiera sorprenderme.


-¿CÓMO? ¡Leer es mi pasión!


-A ver, es que en el instituto siempre me mandaban libros como Don Juan Tenorio que era incapaz de entender. Imagínate que con 14 años te manden leer ese sin sentido… Cuando me hartaba, recurría a El Rincón del Vago.


-Pero eso son libros antiguos con lenguaje incomprensible, Lucas… Hay muchos libros que realmente vale la pena leer y comprender.


-¿Ah sí? ¿Cómo cuál?


-Orgullo y Prejuicio. Mi libro favorito


-¿Pero ese libro no es viejo?


-¡Pero es fácil de entender! Además es genial… Como Elizabeth confunde sus primeras impresiones frente a Darcy y como ambos se dan cuenta de que sienten algo mutuo y tienen que saber llevarlo, aún después de haber confundido el tipo de persona que es cada uno… Es la demostración de que no debes juzgar antes de conocer…


Wow… Después de todo lo que Lucas y yo estábamos viviendo entonces, leer o hablar de ese libro se sentía de una forma completamente distinta. Sólo era una pobre Elizabeth que se había enamorado de un supuesto Darcy. Había leído el libro cuanto menos 5 veces entonces y juro que hasta ese instante jamás imaginé que me iba a pasar algo así en la vida real.


-Bueno, olvidando los libros…-Preguntó él, acomodándose en el asiento- ¿Cuál es tu película de dibujos animados favorita?


Creo que no esperaba una pregunta así. Pero desde luego que no dudé mi respuesta.


-Space Jam, por supuesto. Qué pregunta es esa.


-Creo que nunca la he visto


¿PERDONA? Una persona que pasa la infancia y la adolescencia sin ver Space Jam merece el castigo del infierno


-NO TE CREO. ¿No has visto Space Jam, Lucas? ¿En tus 21 años de vida? ¿Vas en serio?


-Creo que no es de esas películas que mis padres me han regalado en VHS…


Automáticamente, me levanté de la silla de la cocina y lo miré con mirada impotente


-Lucas, en cuanto terminemos esta cena, te vas a sentar en el sofá de tu salón y nos vamos a ver Space Jam. ¿Está clarito?


-A sus órdenes, señoría.-Rió-Me veré Space Jam si es lo que quieres


-Así me gusta


Hice un gesto de saludo asiático y me volví a sentar. Desde luego, ambos nos volvimos a reír el uno con el otro. Era simplemente increíble lo bien que lo podíamos pasar juntos.


-¿Tu película de dibujos animados favorita cuál es?


-Hotel Transilvania


-No la he visto


Ahora era él el que me miraba como un niño de 5 años que acababa de pillar a su hermano con su juguete favorito.


-¿No has visto Hotel Transilvania, Fátima? ¿Cómo puede ser?


-La estrenaron el año pasado y yo estaba en 2 de Bachiller. No estaba por la labor de ir al cine


Me miró, sonriendo de forma irónica.


-No te preocupes, en cuanto yo vea Space Jam tú te ves Hotel Transilvania y estamos en paz


-Vale, no me parece mal plan, total, una película de monstruos no está nunca de más.


Nos reímos y seguimos cenando. Estuvo genial que nos estuviéramos conociendo el uno al otro y que pudiéramos debatir nuestros gustos. Aunque le gustara Justin Ti- Justin Tim-… Perdón, no puedo decir su nombre sin potar.


En cuanto terminamos de cenar, nos sentamos en el sofá de la casa. Valentín y Yeray no estaban en casa. Valentín había ido a cenar y de fiesta ya que era el cumpleaños de una amiga suya polaca que conoció entre los Erasmus, y Yeray había recibido a su familia de Lanzarote durante la semana, por lo tanto dormiría con ellos esa misma noche.


Tuvimos la oportunidad de ver Space Jam. El motivo por el cual amo tanto esa película es porque juntaron a mi baloncestista favorito, que es Michael Jordan, con un personaje de dibujos animados que de pequeña amaba, que era Bugs Bunny. Si, yo de pequeña era Team Bugs Bunny. Todas mis amigas y primos amaban al sosainas de Mickey Mouse mientras yo prefería estar de la otra cara de la moneda. Viva la Warner.


Por otro lado, vimos Hotel Transilvania. No tenéis idea de lo mucho que me gustó. Y de cuánto me reí. Mirad, me gustó tanto que a día de hoy es como una de mis películas zona de confort junto con Mean Girls. La puedo ver día sí y día también sin cansarme. Y encima en la versión original Selena Gómez dobla a Mavis. Todo bien, chavalada.


Terminamos ambas películas de madrugada. Estaba tumbada en el sofá, entrecerrando los ojos y frotándomelos. Me moría de sueño. Lucas me vio hacerlo, teniendo mis pies apoyados en sus rodillas.


-Bueno, ¿qué, Bella Durmiente? ¿Te gustó Hotel Transilvania?


-Sí.-Bostecé antes de seguir hablando-Es un peliculón. ¿Y a ti? ¿Te gustó Space Jam?


Miró a la televisión, dudando


-Si, no está mal…


-¿Sólo no está mal?-Le pegué una patada suave-Estás canceladísimo, Lucas…


Ella inventó el término antes de que Twitter lo volviera mainstream.


-¿Qué me pegas tú? ¿Qué me pegas tú?-Se movió un poco y cogió un cojín


-Oh, no, no te atreverás.


Me empezó a pegar con el cojín. Como buena luchadora que soy, yo me defendí. Empecé a luchar con él sin parar e hicimos una guerra de cojines saltando por los sofás y persiguiéndonos el uno al otro. Al final, con tanta tontería, acabamos tirados en el suelo, uno encima del otro, y él empezó a hacerme cosquillas en las axilas, mientras yo no podía parar de reírme con mi particular risa de Elmer Fudd featuring una foca. Su risa se fundía con la mía en ese instante, y la veía muy suave y dulce. Podría haber tenido risa de Goofy que yo a día de hoy la sigo recordando como un canto angelical que te tararean cuando te reciben en el cielo.


En ese preciso instante, nos pilló Valentín tirados en el suelo. Acababa de volver de la cena.


-Che, ¿pero qué hacen?


Miramos para él, entre risas.


-¡Ah, hola Valentín!-Chilló Lucas a viva voz como si acabara de beberse 300 cubatas cuando en realidad sólo acabábamos de ver películas de dibujos y nos estábamos comportando como bebés.-¿Te quieres unir?


-No, están tarados, no voy a hacer una orgía con ustedes…


A Lucas y a mí nos hizo tanta gracia la broma que nos empezamos a reír uno encima del otro. Valentín puso los ojos en blanco pensando que estábamos mal de la cabeza, y se marchó de la sala.


En ese ataque de risa, y en el momento en el que Valentín ya se había marchado, él me abrazó con fuerza, y yo se lo devolví. Estuvimos así un rato. Me empezó a dar varios besos en la mejilla hasta que yo dejé de reírme porque estaba consumida por el amor que me estaba dando. Me sentía tan querida que simplemente me parecía un sueño.


Él me soltó, hizo el amago de levantarse y me sonrió, de oreja a oreja.


-Venga, vamos a dormir, princesa


PRINCESA. ME – HABÍA – DICHO – PRINCESA.


No le dije nada y dejé que se levantara, para ir yo detrás de él. Como no había mucho donde dormir, decidimos dormir en la misma cama.


Yo quería leer. Sí, estaba cansada. Pero el cansancio no es nunca una excusa para no leer antes de dormir. NADA es para mí una excusa para no leer antes de dormir. Así que me arropé y cogí el libro. “O Sol do Verán” de Carlos Casares. Estaba a nada de terminarlo. Dos mejores amigos que se dan cuenta de lo mucho que se quieren y que deben estar juntos hasta que él se muere… Es tan triste y tan bonito a la vez que cada vez que lo leo lloro. Lo he leído un par de veces ya. Pero aquella era la primera vez. Ahora es mi segunda zona de confort junto a Orgullo y Prejuicio.


Lucas se me quedó mirando mientras yo empezaba a leer. Yo lo miré de reojo, y vi como iba corriendo a coger el móvil. Me distraje de mi lectura del libro cuando lo vi muy concentrado buscando algo y escribiendo con ahínco en el móvil


-Se llamaba Orgullo y Prejuicio, ¿verdad? ¿Y la autora, Jane Austen?


Me reí. Meu pobre, pretendía hacerse daño a la vista. Quién lee por el móvil, por amor de dios.


-Pero no lo leas por ahí, tonto…


Me levanté de la cama y me dirigí a la mochila. En ella, tenía guardado mi e-book. Voy con él a todas partes, porque si en un momento dado me aburro (comida familiar, quedada con gente que no conozco, todos estudiando menos yo…), siempre lo saco y me leo algún libro guardado.


Se lo pasé a Lucas en cuanto lo tuve en la mano.


-Toma


Lucas me lo cogió de las manos demasiado cuidadosamente, como si se tratara de una bomba.


-¿Qué es esto?


-Es un e-book. Tengo Orgullo y Prejuicio ahí descargado. Búscalo. Puedes leerlo con facilidad.


-Vale…


Lo seguía cogiendo como si fuera una bomba. A mí sólo me producía risa, y tal vez un poco de vergüencita ajena. Pero qué culpa tiene él de que el sistema educativo te imponga la bronca de “o lees este libro del siglo 15 que tu cabeza de 14 años no puede asimilar o suspendes el examen y te juegas la evaluación”. Hacen que leer libros sea una tortura cuando nunca lo ha sido ni lo será.


Estuvimos leyendo cada uno nuestro libro. En un momento dado, noté que su mano de pronto acariciaba mi brazo mientras leía. Me dejé llevar por esa caricia y al momento, se la devolví agarrando su mano por los dedos. Él me acarició mis dedos con los suyos, y acabó entrelazándolos. En ese instante, sentí algo raro. Algo que había sentido en el suelo cuando me abrazó, pero que daba con más intensidad ahora. Una cosa debajo de mí se activaba cuando no lo había hecho nunca. Sentía también como el corazón me latía al 100%, a una velocidad que nunca había sentido. Sentía también unas náuseas muy raras, como si quisiera expulsar la comida pero sin hacerlo. En ese momento, supuse que se trataba de lo que la gente llamaba mariposas en el estómago.


Sentí una calma y una paz indescriptible. Sólo sonreí y me ruboricé mientras dejaba que su mano estuviese encima de la mía. Sinceramente, no podría haber adivinado en ese momento si la persona a la cual agarraba mi mano era mi Zing*. Ni tampoco mi Darcy. Ni siquiera mi Carlos**. Lo único que sentía en ese momento era amor. Y no había sentido un amor así en años. Quizá en toda mi vida… Y mucho menos por el tipo de persona que quizá menos esperaba.


*"Zing" es el término que se usaba en la película de Hotel Transilvania para decir quién era el amor de tu vida. Era un término que se aprovechó de lleno en la saga, pero en especial en la primera película. Siempre me pareció curiosa la palabra. 

** Carlos es el protagonista de "O Sol do Verán", mi libro favorito, el cual Fátima está leyendo en la cama, como podéis ver. 

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