6 de 6: 31 de Diciembre

Tuve unas vacaciones de Navidad lamentables. Primero, ¿a quién coño se le pasó por la jeta que el plan Bolonia era una buena idea? Estudiar en Navidades es UNA TORTURA. Creo que es con creces lo que más odio de la Universidad aún a día de hoy, que he terminado la carrera. Segundo, la salud de mi hermana iba por muy mal camino. Por muchas Ted Talks que le diera, ya tenía acumulada mucha mierda desde que empezó a coger la anorexia nerviosa, y estaba cada vez más cerca de entrar en una situación crítica. Por último; por mucho que lo intentara, con toda mi alma, no era capaz de sacarme a Lucas de la cabeza. Estaba por decirle “Feliz Navidad” el 25, pero no me atrevía.


Bueno, vamos a unos hechos importantes. El 31 de Diciembre. Año nuevo. El paso del 2013 al 2014. Siendo honestos, era el tercer año que salía. El primer año fue con Karen cuando éramos amigas, en la entrada del 2011 al 2012, y después fui sólo con Sabela. Este año sería como el anterior. Sólo con Sabela. Me basta y me sobra. Éramos unas marginadas en Muxía.


Después de tomar las uvas y toda la mierda, fui a casa de Sabela a arreglarme y demás. Pero estaba triste. Es lo que os decía. Por mucho que lo intentase, no podía sacarme a Lucas de la cabeza. Mientras Sabela se hacía la raya, yo estaba sentada en el sofá, abierta de piernas y mirando para abajo.


Sabela fruncía el ceño mientras miraba para el tocador. Me miraba desde el espejo y sabía que yo no estaba bien.


-Venga, Fa, tienes que animarte…


-¿Cómo pretendes que lo haga? De verdad que esa tarde en el aeropuerto aún me escuece…


-¿Y qué piensas hacer? ¿Estar lamentándote todos los días sin llegar a una solución? ¡Ni siquiera has hablado con él!


-No. Y no pienso hacerlo.


Sabela se alejó del tocador para acercarse a mí, ponerse de cuclillas a mi altura y tocar mis rodillas.


-Mira, Fátima, sé lo que hemos oído, pero no sabemos cómo es la situación. Igual Karen mentía. Creo que deberías saber la versión de él


-¿Viste lo acojonado que estaba cuando Karen soltó eso? Estaba claro que esta vez ella no mentía


-Insisto… Creo que deberías examinar su versión antes de hacer especulaciones


-¡No, Sabela!-Me levanté, enfadada-No quiero saber nada de él. Lo pasado pasado está


Me marché del sofá. Sabela me agarró por detrás. Madre del amor hermoso, no quería darse por vencida.


-Igualmente, si Lucas te hizo daño de verdad… ¿Por qué lloras tanto por él?


-Porque estoy enamorada de él, Sabela…


-Un hombre estúpido no merece tus lágrimas… ¿Recuerdas cuando en 1 de Bac tenía un crush con Carlos, que no sabía ni que existía? ¿Recuerdas que me echaba a llorar cuando él me hacía daño? Tú me decías siempre esa frase…


-Ya, pero yo…


-Fátima, no vas a incumplir ese mismo consejo que tú me diste… Si Carlos no merecía mis lágrimas, guess what- Acarició mi cara por detrás-Lucas tampoco merece las tuyas


Me giré y le di un abrazo fuerte a mi amiga. Cuando la abracé, lloré con mucha intensidad. Los abrazos son para mí una forma muy potente de desahogarme, y cuando abrazo a alguien estando triste, mi llanto siempre se intensifica. También cuando estoy a punto de llorar, es un abrazo lo que me ayuda a soltar ese llanto que tenía ahí atascado, que es lo que me había pasado en ese instante.


Después de abrazarnos, Sabela me agarró los hombros y tocó mi rímel


-¿Enserio te vas a arruinar así la cara? ¿Con lo guapa que vas hoy?


Negué con la cabeza, incapaz de soltar una sola palabra


-Vamos a la discoteca, a pasarlo bien. ¿Entendido? ¿Lo demás? Tonterías.


Volví a asentir con la cabeza, y mi amiga me agarró de los hombros. Nos íbamos a ir de fiesta por Muxía y nuestros problemas iban a ser enterrados en lo profundo en ese preciso momento.


Nos íbamos de fiesta al puerto de Muxía. Ahí iba todo Muxía directamente. Se montaban unas fiestas que prácticamente eran desmadres y que, déjame decirte, con los tiempos que corren, a día de hoy suenan completamente inviables.


Estuvimos tomando varias cañas en la barra. Sonaba música de Avicii y Pitbull a todo volumen y Sabela y yo no nos cansábamos de bailar de un lado a otro. Nos lo estábamos pasando muy bien, y yo en ese momento sentía que mis problemas se estaban esfumando. Sólo existía mi mejor amiga y apoyo a mi lado, y nada más. Ni siquiera un tinerfeño de ascendencia cubana que me había hecho daño acostándose con mi peor enemiga cuando se supone que tenía sentimientos por mí. Ni siquiera un profesor violador y asqueroso. Ni siquiera los problemas psicológicos de mi hermana pequeña. Hay momentos de tu vida donde necesitas desconectar, y la fiesta de fin de año siempre era, en mi juventud, uno de esos momentos.


Pero tampoco era esta fiesta un camino de rosas. Mientras Animals de Martin Garrix sonaba en el club y todo el mundo saltaba con el chunda chunda, yo decidí ir al baño. Me había sentado mal el Cava que me había bebido de una tirada, así que necesitaba potar.


Había una cola criminal en el baño. Pero peor fue mi sorpresa cuando me encontré a Cristina, la mejor amiga de Karen, y una de sus cómplices


-¡Hombre, Fátima!


-Hola…-La saludé a regañadientes. Me caía tan mal como su mejor amiga, naturalmente


-¿Qué tal en la Universidad? ¿Te portas bien con la gente o sigues siendo una puta borde ?


Qué ganas tenía de vomitarle en la cara. Pero me calmé


-Se nota que estás borracha para soltar tanta tontería de mí-Aseguré sarcástica


-Por lo menos yo no soy la puta que anda siendo tocada por violadores


QUE.


¿CÓMO SABÍA ESO? ¿CÓMO SE HABÍA ENTERADO?


¿Se habrían enterado más compañeros míos de clase?


Lo que me acababa de decir no tenía ningún sentido.


Se me vino el mundo abajo en un abrir y cerrar de ojos cuando esas palabras salieron de su boca.


Mi pesadilla fue peor cuando encontré a Karen y a Xoel en la cola, posándose frente a Cristina. Me miraron, riéndose


-Anda, pero si tenemos aquí a la Clout Chaser de turno, con sus movidas de violación con profesores-Rió Karen de brazos cruzados, mientras me miraba arqueando una ceja.


-Me he enterado de que es una puta ahora, ¿es cierto, chicos?-Cristina miró para ellos


-Sí. Es cierto.-Aseguró Xoel.


Me eché a llorar. No podía soportarlo más. Enserio, que les daba un euro por cada vez que me llamaban puta


-Por favor, dejadme en paz…


-Uy, ¿que vas a llorar?-Se burlaba Karen


-No… ¡SOLO OS VOY A PEDIR QUE ME DEJÉIS EN PAZ!


-¿Pero qué culpa tengo yo de que te anden violando profesores?


-Igual te lo mereces por darte aires de prostituta todo el tiempo y abrir las piernas-Reía Xoel


-A saber cómo ibas vestida ese día…-Sí, Cristina era también partícipe de esto.


Pegué un suspiro fuerte. En cuanto quise darme cuenta, había un montón de amigos de Karen y Xoel mirándome. En otras palabras, me estaba mirando toda Muxía. Me eché para atrás. Todos me miraban, riéndose en mi cara.


-¡Karen!-Preguntó un chico rapado de polo blanco-¿Ésta fue la chavala que fue violada por su profesor y anda provocando hombres?


-Tiene cara de fresca, ¿verdad?-Chilló la chica que iba tras de él.


-Pero si es más fea que una mierda…-Dijo otro chico


-Ya, pero es muy puta, y en cuanto encuentra la oportunidad, la aprovecha…-Xoel sonrió


-Se aprovecha de la vulnerabilidad de los hombres, ¿os lo podéis creer…?-Karen me miró, jactante.


Seguí dando constantes pasos hacia atrás. Me miraban. Me señalaban con el dedo. Me insultaban. Me miraban por el rabillo del ojo. Se reían. Eso era todo lo que hacían mientras me tenían delante. Empezaron a gritarme. A tirarme vasos de cristal. A reírse y amenazar con echarme de la fiesta. Me llamaban “zorra”, “asquerosa”, “prostituta” o me decían “búscate la vida en un prostíbulo”.


De tirarme vasos de cristal, pasaron a tirarme cojines de los asientos y a dirigirse a mí para escupirme en la cara. Otros me tiraron del pelo mientras se reían. Yo no podía evitar llorar. A cada rato, lloraba más. Pero Sabela llegó justo en ese momento y, corriendo, trató de sacarme del apuro. Aún así, ellos seguían. Aunque Sabela me arrastrara hacia el final del muelle, ellos me perseguían. Me seguían tirando cosas, me escupían en la nuca, y me empezaban a gritar como si estuvieran en una manifestación, con las palabras “PUTAS FUERA” “PUTAS FUERA”.


El DJ paró la música. Gente más mayor (de 20 para arriba) estaba viendo la situación, pero no hacían NADA. Sólo observaban con caras de asco, confusión e impotencia. El DJ bajó a echarles la bronca


-A VER, TODOS LOS QUE ESTÉN INSULTANDO O COMETIENDO DAÑOS CON ESTA CHICA, YA PUEDEN IR ABANDONANDO LA ZONA


El chico con el polo blanco se acercó al DJ con una sonrisa burlona.


-¿Y QUÉ? ¿TE VAS A METER CONMIGO POR DARLE SENTIDO COMÚN A ESTA ZORRA? ¡MIRA LO QUE PIENSO DE TU OPINIÓN, GILIPOLLAS!


Hizo un calvo y él y sus amigos, entre ellos Xoel, se echaron a reír. Yo seguía llorando como una tonta. Sabela me agarró de la muñeca y me sacó del muelle, corriendo, mientras el guardia de seguridad perseguía con ahínco a esos indecentes.


Salimos del club donde se celebraba la fiesta en el momento en el que la situación dentro de él se empezaba a poner cada vez más tensa. Tenía cortes del cristal por toda la cara. Algunos emanaban sangre de forma constante, y otros me dejaron algún que otro moratón. Sabela pensó que era una buena idea que fuéramos lo antes posible al hospital. Me abracé a ella y me eché a llorar, mientras que mis lágrimas hacían que mis tremendos cortes en la cara escocieran severamente.

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